Luego de 10 días de intensa precampaña, ayer los aspirantes serios y más fuertes al Gobierno del estado, Alejandro Armenta Mier, de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, y Eduardo Rivera Pérez, por “Mejor Rumbo para Puebla”, concluyeron la primera etapa de sus actividades proselitistas para pasar a la intercampaña.
Hasta el momento, habrá que destacar que Armenta, el abanderado morenista, es quien mantiene la delantera en todas y cada una de las encuestas, por al menos entre 15 y 20 puntos, en la disputa previa a la elección constitucional.
Sin embargo, me parece que en la guerra de percepción fue él, también, quien arrasó a Lalo y logro captar la atención mediática durante la precampaña.
Porque Alejandro Armenta se adelantó y arrancó su precampaña el pasado 25 de diciembre, mientras que el panista solo realizó una actividad vía zoom que no alcanzó a brillar.
El originario de Acatzingo se mostró mejor organizado y llenó la plaza donde se ubica el Cuexcomate, el volcán más pequeño del mundo, ubicado en el corazón de la junta auxiliar La Libertad.
Y aunque el arranque de precampaña pudo haber sido un “mitin bestial”, los distintos líderes morenistas se confiaron y optaron por dejar que sus seguidores acudieran al primer mitin armentista de la precampaña de forma natural, por lo que no mostró lo que se quería.
Sin embargo, la precampaña morenista se recuperó muy rápidamente y expuso, a la postre, el punch y el motivo por el que Alejandro Armenta es el abanderado único del partido de la 4T.
El cierre de la precampaña armentista, realizado en Ciudad Modelo, en San José Chiapa, fue todo un éxito y estuvo atascado de gente, simpatizantes y seguidores; presumió, además, la tan difícil y anhelada unidad que parecía nunca llegaría a Morena en Puebla por el enfrentamiento entre sus corrientes.
A pesar de ello, y tras la división y encono que existía en el partido guinda por el gobierno barbosista, Alejandro Armenta logró lo imposible y reunió a todos y cada uno de los grupos morenistas.
Quién iba a imaginar, por ejemplo, la imagen ayer vista entre la exedil Claudia Rivera Vivanco y la viuda de Barbosa, Rosario Orozco Caballero, quienes vitorearon a Armenta tomadas de la mano en señal de triunfo.
Porque en el mitin de Ciudad Modelo estuvieron presentes morenistas, expriistas, expanistas, experredistas, morenovallistas, barbosistas, claudistas, nachistas, petistas, verde ecologistas y de todas las expresiones políticas en el estado.
Para la próxima campaña de Alejandro Armenta aún hay mucho que mejorar, sin embargo, el precandidato mantiene un discurso convincente, entre sus militantes, simpatizantes y seguidores, de unidad, esperanza y libertad.
La comunicación, prensa y propaganda de Armenta surtió efecto y logró captar la atención del electorado, así como generar la percepción del precandidato triunfador, el favorito que se perfila para arrasar a su más cercano oponente en las urnas el próximo domingo 2 de junio.
Lalo, Mario y Xóchitl
Por su parte, Eduardo Rivera, abanderado de la coalición encabezada por el PAN, cerró campaña en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas y estuvo flanqueado y acompañado por su precandidata presidencial, Xóchitl Gálvez, y por el líder nacional de su partido, Marko Cortés Mendoza.
Lalo, aunque empezó tarde a hacer precampaña y proselitismo en Puebla, no es un mal candidato y mantiene su potencial en la capital del estado y la zona conurbada, por lo que ni Morena ni Alejandro Armenta deben estar confiados porque aún no han ganado nada.
Sobre todo porque el panista está empezando a hacer ruido y no tuvo mayor problema para hacerse de la candidatura.
De hecho, su rival más fuerte era la diputada federal panista Genoveva Huerta Villegas, quien ya le levantó la mano a él y a Mario Riestra Piña, el precandidato albiazul al Ayuntamiento de Puebla.
Eso sí, a Lalo, hay que decirlo, le falló la comunicación y la estrategia para poder difundir sus actividades de precampaña, cosa que tendrá que replantear y solucionar cuanto antes.
El también ex edil poblano está echado para adelante en la lucha por el Gobierno del estado y mantiene el discurso de que “Morena no es invencible” y sí puede ser derrotada, tal como ya lo logró en la pasada elección de 2021.
En aquellos comicios, hay que recordar, derrotó –de forma aplastante– a la morenista Claudia Rivera, quien era la entonces edil y quien presumía hasta 15 puntos de ventaja.
Lalo Rivera es un precandidato de redes sociales y es muy efectivo, y una de sus prioridades es retener la capital con Mario Riestra, otro panista de cepa que se mantiene muy en el ánimo de los poblanos.
Ayer se les vio juntos, convencidos y confiados en poder ganar sus respectivos y anhelados cargos.
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