En el artículo anterior decía que consideraba un defecto de la planeación metropolitana su exceso normativo, y a diferencia de ello, le veía posibilidades prácticas a la planeación regional. Esto porque, además de dar resultados, conserva un robusto cuerpo de teoría. Genera praxis y eso le hizo evolucionar.
Precisemos un poco. Hay un límite delicado de frontera entre lo metropolitano y lo regional que no se encara del todo. Para ser claros: la metrópoli es una forma especial de región. La Región Metropolitana, a mayor escala, se le llama megalópolis o región megametropolitana por reunir una constelación de metrópolis que orbitan alrededor de la Ciudad de México. La conciencia metropolitana empezó en 1993, cuando se formó una comisión ad hoc para el Valle de México.
En relación con Puebla, la planeación del desarrollo metropolitano fue un proceso más tardío, lo que ocasionó confusión metodológica, contaminando la teoría y la acción.
¿Quién duda, por ejemplo, de que el proyecto Angelópolis era, por su escala, un proyecto metropolitano? ¿Y, entonces, por qué no fue llamado así desde el principio?
Ah, muy simple: porque la figura metropolitana no estaba firme ante la ley. En el lugar de litigios tampoco había, todavía, conurbación física –aunque sí amenazas de invasión–, entonces, el único recurso fue atenerse al reconocimiento a modo de un plan subregional, cuya figura sí estaba en el marco legal. O sea, fueron maniobras jurídicas las que justificaron su viabilidad, a expensas de dejar indefinido el verdadero proceso que se detonaba. Recuérdese también que, ante la improbable coordinación intermunicipal, a sus estrategas se les ocurrió formar un fideicomiso. Y, no obstante el desprestigio público de esta figura, el hecho fue que para fines prácticos la maniobra funcionó (tiempos de Manuel Bartlett).
Aquella ambigüedad resuena incluso hoy fresca, cuando se escucha que hay que actualizar el subprograma regional, supongo que para aminorar u homologar los efectos metropolitanos.
El proceso urbano implica crecer, avanzar o retroceder a prueba y error. La planeación normativa es indicativa, no es una camisa de fuerza. Señala un horizonte… de muchos.
La metrópolis Puebla-Tlaxcala requiere de flexibilidad estratégica y, por tanto, planeación regional para ser capaz de poner en movimiento amplios recursos del desarrollo con bienestar. En su versión actual no la tiene del todo.
Otros ejemplos: Puebla contó con un Plan de Desarrollo de la Zona Conurbada Puebla-Tlaxcala, entre 2004 y 2005. No fue llamado de zona metropolitana, aunque lo suponía (ya hemos dicho que legalmente la figura metropolitana no estaba del todo definida) y entonces se optó por una vieja figura extraída de la Ley de Asentamientos Humanos de 1976, donde el proceso conurbado era, en efecto, una expresión de lo real. No se apreciaba lo metropolitano, entre otras cosas, porque lo metropolitano seguía siendo un proceso urbano de excepción. Lo observable eran las conurbaciones físicas o funcionales.
Hacia 1993 la situación cambió radicalmente, en paralelo a la firma del Tratado de Libre Comercio. Era claro que la economía mexicana se abría, buscaba puertos y fronteras, o sea que del desarrollo hacia adentro o de sustitución de importaciones, pasábamos al desarrollo hacia afuera, sustitución de exportaciones, dejábamos de ser mono-exportadores de petróleo, para exportar inusitadamente manufacturas. El caso es que ello alentó la emergencia de procesos metropolitanos con municipios reactivados en una lógica económica organizada desde un lugar central, o sea, a través de ciudades mayores, justamente con procesos conurbados, pero ahora dirigidos a crear complejidad urbana y medioambiental fuera de la región central; además, las metrópolis aumentaron su conectividad intermetropolitana. De manera que para 2010 el proceso metropolitano era la forma dominante de la urbanización en México. Y la normativa metropolitana que por fin se logró definir en la ley en 2016, parecía haber llegado a la cita para evitar descontrol, pues ya había posibilidad de políticas metropolitanas, proyectos metropolitanos, fondo metropolitano… pero entonces sobrevino un suspenso, se dio una pausa, ocurrió un interregno o ¿qué fue lo que realmente pasó?