Algo que lamentablemente veremos en las campañas y en todo el camino hasta la próxima elección del 02 de junio en Puebla y el resto del país son las asquerosas campañas negras.
Porque los partidos y las coaliciones van a arreciar, sin duda, la guerra de lodo para tratar de poner en mal a los partidos contrincantes y denostar a sus candidatos.
La pregunta es ¿en Puebla a quién afectan más esas campañas o guerras de lodo, las cuales ponen al descubierto el lado oscuro -real o inventado- de los aspirantes y sus patrocinadores?
Veamos quién es quién:
En el estado son dos las coaliciones las que se disputan la gubernatura, el Congreso local, sus 217 Ayuntamientos, las diputaciones federales y el Senado.
La coalición “Sigamos Haciendo Historia” está integrada por los partidos oficialistas Morena, PT, PVEM, Panal y FxM; mientras que su contendiente es la coalición denominada “Mejor rumbo para Puebla”, integrada por el PAN, el PRI, el PRD y el PSI.
La primera la encabeza el senador Alejandro Armenta Mier, quien es el candidato coordinador de los trabajos de la 4T en Puebla; en tanto que la segunda alianza la lidera el ex edil panista Eduardo Rivera Pérez.
El golpeteo entre ambos bandos ya empezó y promete ponerse de a peso, ya que se han empezado a sacar sus trapitos al sol y a evidenciar sus más graves hierros.
Apenas ayer, a Lalo Rivera le llovió sobre mojado porque hizo público su apoyo al expresidente municipal de Tecamachalco, Inés Saturnino López, quien fue señalado un par de ocasiones por violencia política en razón de género y nexos con el crimen organizado.
Al abanderado panista le tundieron en redes sociales por abanderar a un “misógino”, ya que incluso Inés estuvo en la cárcel.
Seguidores, simpatizantes y toda la estructura de Armenta, además de militantes, lideres y funcionarios públicos de Morena, se sumaron a las críticas contra Lalo Rivera por defender a Inés Saturnino.
Del 2014 al 2018, Saturnino López fue edil de Tecamachalco, periodo en el que ejerció actos de intimidación y limitó las funciones de dos regidoras del Ayuntamiento. Entre otras de las cosas que se suman a su currículo es el tener posibles nexos con el crimen organizado.
Inés Saturnino, ya para las elecciones del 2021, intentó repetir en el cargo; sin embargo, fue la misma dirigencia estatal del PAN la que le negó el registro como precandidato.
Un año después, agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla lo detuvieron tras ser acusado de proteger a un grupo de hombres armados durante el periodo que duró su gestión, pero cinco meses después, con un amparo fue liberado y ahora nuevamente busca ser precandidato -del PSI- por el mismo municipio.
Y lo mismo sucedió cuando a Lalo se le ocurrió defender a Arturo Rueda , director de Cambio, lanzando un discurso a favor de la libertad de expresión, por lo que se le echaron encima los reporteros a los que su gobierno marginó en el pasado.
Otra campañita que le pegó y se le juntó recientemente al PAN y a su coalición fue la inconformidad de aspirantes a la presidencia municipal y sus militantes en San Andrés Cholula, donde se realizó una asamblea para manifestarse en contra de la reelección del malogrado edil Edmundo Tlatehui Percino.
Los panistas inconformes exigieron al PAN estatal no permitir la reelección de Mundo Tlatehui y llevar a cabo un proceso mixto que deje fuera la reelección.
Un tema más, fue la denuncia contra Jesús Zaldivar Benavides, dirigente municipal del PAN, quien anda muy gallito despotricando contra Morena y sus posibles candidatos, cuando él enfrenta una denuncia por el desvío de 35 millones de pesos de las arcas del Conalep.
Y ya para rematar contra la alianza del PRIAN, apareció el tema de Néstor Camarillo Medina, dirigente tricolor, a quien se culpa de que su partido se esté quedando solo, debido a su agandalle para quedarse con las candidaturas más importantes.
Al también diputado se le acusa de vender las candidaturas y de estar aprovechando su cargo para hacerse millonario.
Por otra parte, contra Morena y la coalición, seguro vendrá una andanada de críticas y golpes bajos por la sentencia de su exdiputado federal Saúl Huerta Corona, quien fue condenado a 22 años de cárcel por haber violado a un menor de 15 años de Puebla.
El repugnante legislador morenista, además, enfrenta un par de denuncias más por el mismo delito, por lo que su caso podría relacionarse con Morena, pues habrá que recordar que en un lapsus, diputados como Ignacio Mier Velazco intentaron defenderlo manifestando que el delito lo había cometido no en horas de trabajo.
¿Qué tal?
Y eso que apenas van a empezar las campañas negras.
Así que el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra.
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