Algo que sorprende es que el nuevo gobierno de la ciudad de Puebla –encabezado por José Chedraui Budib— ha emprendido un discurso crítico en contra del pésimo desempeño que tuvo la firma Citelum en el manejo del alumbrado público en el municipio, durante el anterior trienio, que abarcó de 2021 a 2024. Sugiriendo que podría haber demandas contra esa compañía. Sin embargo, hay motivos para dudar, para desconfiar, de que esos cuestionamientos se hagan realidad pues quien fue director de esa compañía, hasta hace un par de meses, ahora es un alto funcionario del ayuntamiento de la capital.
Resulta que la Secretaría de Economía y Turismo del ayuntamiento de Puebla tiene como titular a Jaime Oropeza Casas –un ex funcionario morenovallista—que, entre los años 2021 y 2024, fue director general de Citelum, que es el mismo periodo que duró el anterior gobierno panista de la capital y responsable de contratar a esta empresa.
Su cargo en Citelum inició en diciembre de 2021, tres meses antes de que el entonces alcalde Eduardo Rivera Pérez le otorgara a dicha firma privada la concesión del alumbrado público de la ciudad.
Y llama la atención que Jaime Oropeza dejó el puesto en Citelum apenas en septiembre pasado, es decir un mes antes de que concluyera el gobierno panista de Puebla, que le tocó cerrarlo al alcalde sustituto Adán Domínguez Sánchez.
Pereciera entonces que Jaime Oropeza Casas fue un director de Citelum a modo del último gobierno panista de la capital.
No solo por el tiempo de duración de Oropeza Casas en esa compañía, sino por la manera en que se manejaron los costos. Un ejemplo es el siguiente:
En enero de 2022, el entonces edil Eduardo Rivera planteó que sólo se tenía 533.3 millones de pesos para el contrato del alumbrado y resulta que, al corte de septiembre de 2024, este servicio público en manos de dicha compañía privada acabó costando 730 millones de pesos.
Es decir, se pasaron 200 millones de pesos de lo presupuestado.
De acuerdo con la información oficial del actual gobierno morenista de la capital, Oropeza Casas tenía como funciones dentro de Citelum la planificación, la supervisión y el control de las actividades de la compañía, además de administrar los recursos de la empresa.
Ese listado de funciones lleva a una conclusión clara: este hombre fue el responsable del mal servicio que prestó Citelum en la capital, por lo menos en el tercer año del anterior gobierno.
Tal situación plantea que, si en el ayuntamiento morenista de Puebla hay sentido común y una correcta aplicación de las normas, Jaime Oropeza tendría que ser cesado en lo inmediato del gabinete del edil José Chedraui Budib.
La renuncia o el despido del secretario de Economía y Turismo se tendría que dar por existir un conflicto de intereses, ya que es funcionario de la Comuna y al mismo tiempo existe un fuerte cuestionamiento a los resultados que él ofreció como directivo de la empresa Citelum, que –en los últimos meses– dejó apagadas casi la mitad de las luminarias de la capital, lo que contribuyó al incremento de los índices delictivos en las calles obscuras de la capital.
Se sabe que Jaime Oropeza llegó al cargo que actualmente ostenta en el ayuntamiento por una petición que habrían hecho los organismos empresariales de Puebla.
Esa situación lleva a un dilema al gobierno de José Chedraui: o cuida su relación con la elite empresarial del estado y hace caso omiso al pasado inmediato de Jaime Oropeza; o antepone la defensa de los intereses colectivos de la capital y cambia de secretario de Economía y Turismo.
Contrato caro y malo
De los 5 contratos que Citelum tuvo con igual número de ayuntamientos de la capital del estado –de manera salteada entre los años 2002 y 2024–, todo indica que la peor etapa fue en la última gestión, iniciada y concluida por los panistas Eduardo Rivera Pérez y Adán Domínguez Sánchez, respectivamente, en el periodo ya mencionado de 2021 a 2024.
Lo cual supondría que, se amerita una denuncia penal por incumplimiento de obligaciones de Citelum, ya que el contrato establecía que nunca, por ningún motivo, tenía que estar apagadas más del 5 por ciento de las luminarias de la capital y el caso es que, en algunas juntas auxiliares solo funcionan la mitad de los puntos de luz.
Los números son claros: Citelum ha trabajado con 5 ayuntamiento y con el que más cobró, es con el que entregó los peores resultados, que es con Eduardo Rivera.
El primer alcalde que utilizó los servicios de esta empresa fue el panista Luis Paredes Moctezuma –durante la segunda parte del sexenio del gobernador Melquiades Morales Flores— que le pagó 40 millones de pesos, que eran parte de un contrato global por mil 600 millones de pesos y con una vigencia de 15 años.
Un trienio más tarde, el entonces alcalde priista Enrique Doger Guerrero le rescindió a Citelum el contrato de mil 600 millones de pesos, ya que Luis Paredes violó la ley al otorgar un acuerdo comercial que excedía su periodo oficial de gobierno, algo que no está permitido.
Blanca Alcalá fue la primera mujer en ser edil de la capital y la última militante del PRI de ocupar esa posición. En su periodo el contrató con Citelum fue de 183 millones de pesos.
Y un dato muy interesante, es que el panista Eduardo Rivera en su primer gobierno, que fue de 2011 a 2014, utilizó los servicios de la compañía en cuestión, pero por un monto casi similar al que utilizó su antecesora, Blanca Alcalá.
Lo que significó que el mismo servicio prestado en ese periodo de 2011 a 2014 y en el de 2021 a 2024, tuvo una diferencia de costos de 547 millones de pesos. Es algo que obliga a una puntual explicación de Eduardo Rivera a qué se debe esa notoria discrepancia.
José Antonio Gali Fayad sucedió Eduardo Rivera en la alcaldía e incrementó el presupuesto a Citelum a 670 millones de pesos, una cifra inferior en 60 millones de pesos a los gastado por los panistas en el trienio anterior.