Una de las turistas argentinas que sobrevivió al naufragio del crucero Costa Concordia en el mar Mediterráneo, frente a la isla italiana del Giglio, aseguró a su regreso a Buenos Aires que el capitán del navío estaba “muy enfiestado”.
“Varios pasajeros dijeron que el capitán estaba muy enfiestado, con mujeres, tomando (alcohol)”, aseguró María Inés Lona, de 72 años, jueza de la provincia de Mendoza, quien salvó su vida tras nadar “entre 50 y 70 metros” hasta llegar a tierra firme, según afirmó ayer a su llegada al aeropuerto de Ezeiza.
La sobreviviente, uno de los 18 argentinos que viajaban en el crucero y salieron ilesos del naufragio, criticó también la inacción de la tripulación para orientar a los pasajeros en medio del desastre.
“Lo único que hicieron fue avisar que teníamos que subir al tercer puente para abordar los botes salvavidas, pero pasó una hora y media y no dijeron más nada”, recordó Lona.
Sólo cuando ya no había más botes disponibles, la jueza se lanzó al mar y comenzó a nadar. “Un turista, creo que era español, dijo al lado mío que el barco se estaba hundiendo, así que había que tirarse. Él se tiró primero y yo lo seguí enseguida. Fue supervivencia, no un acto de valentía. Yo de joven era nadadora”, explicó.
Lona también confirmó que los 18 argentinos comenzarán acciones legales contra la empresa Costa Cruceros. “Nos pedimos nuestros correos electrónicos, teléfonos y direcciones. Contrataremos un abogado en Italia, supongo. No sabemos bien, pero algo haremos”, dijo.
La versión de la turista argentina se convierte en otra voz acusatoria contra el comandante del navío, Francesco Schettino, de 52 años, quien permanece detenido.
Incluso el director de la empresa, Pier Luigi Foschi, tachó de “error humano imponderable” el comportamiento del capitán, aunque anunció que la empresa le prestará asistencia legal.
Para el presidente y administrador de Costa Crociere, firma fundada en Italia y adquirida por el grupo estadunidense Carnival, la ruta que decidió tomar el capitán fue “una iniciativa suya y no figura en las reglas escritas y certificadas” de la compañía.
El presidente reconoció que el naufragio afectará en lo inmediato a la compañía, pues se prevén pérdidas por 93 millones de dólares (unos 73 millones de euros) los daños iniciales del accidente, pero confía en el “millón de clientes leales” que han viajado en sus cruceros por el mundo.