Una de las más grandes ironías de la vida política poblana ocurrió la tarde del 24 de diciembre del 2018, debido a que la muerte de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso revivió al PRI.
Y las condiciones sociales y políticas parecen ayudar al priismo poblano para llegar con un candidato de unidad que permita pelear con Morena ante la interminable debacle panista y la inminente fractura morenista por la pelea por la candidatura a la gubernatura.
En la mesa están cuatro cartas priistas para elegir al próximo candidato: Lorenzo Rivera, Ricardo Urzúa, Alberto Jiménez y Enrique Doger.
Las encuestas ubican a Enrique Doger como el más conocido de los tres aspirantes pero con mayores negativos.
Detrás está Lorenzo Rivera quien aparece con menor grado de conocimiento pero prácticamente sin negativos, un tercer lugar está Alberto Jiménez y más rezagado se ubica Ricardo Urzúa.
A diferencia de otros procesos para elegir al candidato del PRI a la gubernatura, en este 2019 parece que los priistas recobraron la confianza y de la mano del líder estatal, Javier Casique, han entendido que debe tener un candidato de unidad, sin simulaciones, apostar por su estructura, el llamado voto verde y emprender una campaña de contraste con Morena.
El líder estatal priista sabe que si consigue sumar una alianza con otros partidos podrá tener una mejor plataforma para enfrentar a Morena y ya trabaja en ello.
Pero hay otros factores que los priistas ven con atención para presentar un candidato de unidad.
Si Miguel Barbosa es designado candidato de Morena, los morenovallistas no apoyarían a Eduardo Rivera (posible candidato del PAN) y buscarían refugio en un posible candidato conciliador del PRI.
Si Miguel Barbosa es el candidato de Morena, los priistas ofrecerían espacios para los seguidores de los senadores, Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra para que entren al proyecto de su candidato.
Es decir, buscarían promover un boto antibarbosista.
Si Miguel Barbosa es el candidato de Morena, los priistas usarían la grave crisis de inseguridad e ingobernabilidad provocada por las presidentas municipales de Puebla, Huejotzingo, San Martín Texmelucan, Amozoc, Tecamachalco y Cuautlancingopara cuestionar el plan de gobierno de Barbosa.
Todo esto ilusiona a los priistas que ven en el corto plazo una real oportunidad de pelear la gubernatura de Puebla.
Sin embargo, todo depende de que tengan un verdadero candidato de unidad y que terminen de una vez por todas con las simulaciones.
El escenario político actual favorece al PRI y depende de ellos que puedan ser competitivos o volver al ataúd en donde estaban hasta el pasado 24 de diciembre.
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Por cierto, ayer omití el nombre de Antonio Teutli como los alcaldes de Morena que mejor arranque de gobierno han tenido, junto con Karina Pérez de San Andrés Cholula yLuis Alberto Arriaga de San Pedro Cholula.
El presidente municipal de Coronango ha sido toda una revelación porque mantiene la gobernabilidad, tiene un programa efectivo contra la inseguridad y todos los días emprende obras y programas a favor de sus gobernados.
Todo lo contrario a lo que ocurre en Puebla, Cuautlancingo, Huejotzingo, Tecamachalco y Texmelucan.
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