Se requirió de un grupo de al menos siete oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del municipio de Puebla, para detener a una de las chicas que participó en las manifestaciones del 8M.
Una vez que ya había terminado la marcha, Michelle Romero Sánchez fue detenida por los policías municipales, en el zócalo de la ciudad de Puebla, bajo el argumento de que había realizado actos de vandalismo.
Los uniformados, algunos encapuchados, sacaron a la chica como si fuera una criminal, entre jalones y encapsulada, ante las protestas de otras asistentes a la movilización por el Día Internacional de la Mujer.
Los elementos de la Policía no soportaron la presión de las otras chicas, que nunca dejaron de protestar por la detención arbitraria, y, finalmente, decidieron entregar a Michelle a un grupo de visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH Puebla).