El empresario José Chedraui Budib consiguió ganar la candidatura de Morena a la alcaldía de Puebla, pero no ha logrado pasar la aduana de la aceptación total de las bases de la 4T, razón por la cual ya ha enfrentado algunos incidentes de rechazo de militantes morenistas, que lo ha llevado a ausentarse de actos púbicos. Un grave problema cuando apenas van a arrancar las campañas electorales.
Una muestra de ese rechazo ocurrió de la siguiente manera:
Hace un par de semanas, José Chedraui Budib fue de los primeros en llegar al acto de arranque de campaña de José Antonio López Ruiz, quien compite por una diputación federal en el Distrito 20 de la ciudad de Puebla. El empresario quiso aprovechar la ocasión para darse “un baño de pueblo” y saludar a los asistentes, la mayoría de ellos pertenecientes a colonias populares.
Cuando caminaba en medio de la gente, una silla salió volando en dirección del candidato a la alcaldía. Al parecer el objeto no tocó al abanderado morenista, pero sí le dio un fuerte susto.
A la par, se empezaron a escuchar consignas de rechazo contra quien fuera jefe del comité de financiamiento privado del priista Enrique Peña Nieto, en la campaña presidencial de 2012.
Eso provocó que el político expriista optara por dejar el recinto y se refugiara en la banqueta que está en frente del lugar del arranque de campaña. Ahí esperó a José Antonio López y al aspirante de la 4T a la gubernatura de Puebla, Alejandro Armenta Mier.
A los pocos minutos de que Armenta había arribado al lugar del acto proselitista, una mujer llamada Silvia Hernández, de la comunidad de San Bernardino Temoxtitla, se le habría acercado al candidato a gobernador para expresarle a gritos, o mejor dicho para advertirle: “ni un voto para Chedraui”.
La respuesta a esta mujer y otros militantes que protestaron frente a los candidatos fueron solamente risas nerviosas y saludos clásicos de políticos, que es sonreír como si no pasara nada malo.
Luego de ese incidente, Chedraui ha optado por participar en actos cerrados y controlados, evitando ir a concentraciones masivas de militantes de la 4T.
Piden voto diferenciado
Con o sin su presencia, en algunos actos de campaña de los candidatos a diputados federales se ha empezado a escuchar la consigna: “Morena sí, Chedraui no”, lo que podría ser el inicio de un movimiento tendiente a pedir un voto diferenciado.
Es decir, que se convoque a los miembros y simpatizantes de la 4T a sufragar por todos los aspirantes a cargos de elección popular, menos por el empresario textil.
Algo así como lo que pasó en 2018, cuando en actos públicos de la izquierda se gritaba: “Morena sí, Barbosa no”, que incluía mantas, pintas y mensajes en redes sociales.
En aquella ocasión esa consigna era reflejo de que un sector de las bases morenistas no veían con agrado que el entonces senador Luis Miguel Barbosa Huerta –que dejó el PRD para migrar a Morena– viniera a Puebla a buscar la candidatura a gobernador, sin haber sido parte de la fundación del movimiento obradorista en el estado.
Esa frase también fue producto de una campaña de “guerra sucia” que se generó desde el morenovallismo en contra de Barbosa, debido a que el grupo del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas veía como un aspirante fuerte al morenista, que se convirtió en mandatario mediante una elección extraordinaria de 2019, luego de la muerte trágica de la gobernadora panista Martha Erika Alonso Hidalgo, en diciembre de 2018.
Barbosa supo sortear esa campaña negativa. Aunque al final, en los comicios de hace seis años, sí hubo un margen reducido de voto diferenciado que llevó a algunos electores a tachar en las boletas los nombres de los candidatos de la 4T, pero no de Luis Miguel Barbosa Huerta.
Ahora surge la pregunta: ¿tiene José Chedraui la capacidad de enfrentar y saber revertir esa animadversión morenista en su contra?
Hasta ahora no da muchas muestras de tener la habilidad suficiente para ganarse la confianza y simpatía de las bases morenistas.
Tiene de su lado al exoperador morenovallista Eukid Castañón Herrera, quien es experto en diseñar “campañas negras” y amenazar a rivales políticos, pero no en hacer ganar simpatías y generar identidades partidistas, que son factores que necesita con extrema urgencia el abanderado de Morena.