Las últimas horas dejaron muchas lecciones a Morena, pero lo más seguro es que no las puedan aprender sus militantes y menos sus dirigentes.
El peor enemigo está adentro; Morena es el peor enemigo de Morena, que no ha podido trascender del movimiento casi callejero y comportarse como partido; a muchos les emerge, desde lo más oscuro de su ser, el priísta que llevan aún dentro; y el nepotismo es una institución morenista que, absurdamente, se defiende con uñas, dientes y garras.
En el centro de estos problemas, naturalmente, el protagonista es el candidato a senador Ignacio Mier Velazco.
Vayamos por partes.
El jueves amaneció con la amenaza, con sabor a franco chantaje, del también diputado federal de que renunciaría a su candidatura a la Cámara Alta.
A la periodista Patricia Estrada, en entrevista en Radio Oro, Nacho Mier dijo que no estaba dispuesto a permitir que le impusieran un bozal.
La declaración vino como reacción del extrañamiento que le hicieron los cinco dirigentes de los partidos de la megacoalición estatal (Morena, PT, PVEM, Nueva Alianza y Fuerza por México), porque Mier llamó a los militantes inconformes con la selección de candidatos, a boicotear la visita de Claudia Sheinbaum, el próximo domingo.
Por cierto que, con su típica soberbia, Ignacio Mier llamó “inexpertos” a esos presidentes de los partidos.
En la mañana, cuando ocurrió la declaración, Nacho Mier ya se había quejado amargamente con todos los que pudo, en el Comité Nacional Ejecutivo (CEN) de Morena.
Pero no les dijo que, efectivamente, había llamado a la rebelión.
Que había azuzado las protestas y las inconformidades.
Tampoco que en el eje de su enojo personal está que hayan sacado a su hija, Daniela Mier Bañuelos, de las candidaturas de mayoría relativa, para que pudiera repetir en el Congreso local.
Eso ha trascendido.
Y él no lo ha aclarado.
Entre muchos de los llamados, apareció el de Liz Sánchez, quien además de ser la presidenta estatal del Partido del Trabajo (PT), es su compañera de fórmula en la candidatura.
Arrancó con un “sereno, moreno” y luego lo llamó a la unidad.
El llamado de atención de Liz Sánchez es todavía más relevante, porque su partido, el PT, es quien sigló al candidato de Ajalpan, en donde el miércoles, Nacho Mier encendió el cerillo de las protestas, por una supuesta imposición.
Luego, en la tarde, el presidente del CEN, Mario Delgado, intentó justificar lo injustificable, que un candidato al Senado azuce a los militantes que no alcanzaron postulaciones.
Delgado Carrillo olvidó que el tema es por la defensa del nepotismo o tal vez lo omitió a propósito.
Un tema que caracteriza a Ignacio Mier y que hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador ha condenado en su “mañanera”, por si ya se olvidó.
Hay que recordar que el propio Mario Delgado promovió que se le diera una candidatura, por segunda vez, a diputado federal, a su primo Mario Miguel Carrillo Cubillas, quien repite en el Distrito 13 Federal, de Atlixco.
El tema llegó al cuartel de Sheinbaum, quien aseguran que está muy molesta, por el intento de Mier de sabotear su visita.
Fueron llamados a la Ciudad de México, con urgencia, cuentan varias fuentes, Nacho Mier; el candidato a la gubernatura, Alejandro Armenta y el gobernador Sergio Salomón.
El estatequieto será para el primero.
Es decir, para el “gran rebelde” y simulador profesional.
Los ojos de los otros dos serán testigos.