La propuesta de Claudia Sheinbaum en torno a la no reelección es brutal por varias cosas.
De entrada, porque le pone freno a las ambiciones vulgares de los políticos profesionales o los políticos que han hecho de esta actividad una zona (hedionda) de absoluto lucro.
Hay personajes que ya van por la tercera reelección en seis años.
(¡Ya que roben otros!, grita el respetable).
Lo peor es que los reeleccionistas suelen ser vividores que no aportan nada a la vida pública de este país.
Están en la curul o en el escaño para hacer negocios.
Hacen obra pública (normalmente de pésima factura), venden asesorías, obtienen canonjías de otros como ellos, seducen a sus asistentes (mediante salarios de hambre), etcétera.
Todos los conocemos.
Los hemos padecido durante décadas.
Van de aquí para allá como senadores o diputados federales o diputados locales.
(De vez en cuando aceptan hasta una alcaldía o una regiduría).
La doctora Sheinbaum envió con esta propuesta un mensaje muy potente.
Es decir: no quiere estas lacras en el país que gobernará a partir de octubre próximo.
Quienes están buscando la reelección deberían ser consecuentes y rechazarla desde ya.
No basta con hacerlo en el futuro, porque les será imposible tener ese gesto debido a que se volverá a prohibir la reelección.
El lema maderista tendrá vigencia nuevamente.
(Es bueno tener hambre pero no ser atascado).
Cuando planteó esa propuesta, la doctora Sheinbaum seguramente disfrutó las caras largas de los vividores.
(Hay que ser trompudo, pero no marrano).
La duda mata:
¿Cuántos reeleccionistas profesionales pondrán el ejemplo de asepsia política?
Soy pesimista: creo que ninguno.
(La doctora Sheinbaum está a la espera con unos binoculares en las manos).
Tic tac, tic tac…
Dos juniors en huaraches. Mal empieza su campaña quien la inicia con una mentira.
Es el caso de Ricardo Cruz y Celis Jiménez, nieto del exgobernador Guillermo Jiménez Morales.
En rueda de prensa, el candidato del PRIAN a diputado federal por el distrito 1, con cabecera en Huauchinango, dijo que doña Flora Jiménez, su madre, había vivido en ese lugar.
Cosa más falsa no podía haber dicho.
Sus ambiciones de ser diputado lo llevaron a mentir a los ojos de todos.
Hay que recordarle que don Guillermo, su abuelo, vivió muy pocos años en Huauchinango.
En cuanto tuvo edad, se subió a su avioneta y no regresó jamás.
En consecuencia, sus hijos tampoco vivieron ahí.
Y las dos o tres veces que fueron, se mostraron como turistas en su pueblo.
Al joven Cruz y Celis Jiménez le empezó a nacer de un tiempo para acá un amor infinito por Huauchinango.
Este sábado, hasta se sumó a la procesión del Señor del Santo Entierro, el patrono del pueblo.
Y hasta cantó el “Feliz Huauchinango”.
Su espíritu de Varguitas no tiene límite.
Seriedad, muchacho.
Seriedad.
Por cierto, su suplente, hijo de un notario de Xicotepec, ha ido de un partido a otro sin ningún pudor.
Y en la propia rueda de prensa lo confesó.
Este pare enfrentará a Gissel Santander, candidata de Morena, una mujer con principios, honestidad y trabajo.
Gente seria, pues.
¡Juniors, absténganse!
Un tal Gali. Un tuit sonoro del periodista Alejandro Mondragón retumbó en una residencia de La Vista:
“Barbosa se tuvo que morir para que salieran de las cloacas de la corrupción”.
¿A quién se refirió?
A Tony Gali, microgobernador que ya anda hasta en mítines.
Suscribo desde aquí ese brillante tuit.