A la fuerte controversia que existe por varios candidatos de la 4T se debe sumar lo que podría pasar en San Martín Texmelucan, que es el tercer municipio más importante del estado, en donde de los 9 aspirantes que hay para elegir al abanderado a la alcaldía, se estaría optando por el personaje menos conocido y popular en esta demarcación. Se trata de Juan Manuel Alonso Ramírez, quien es impulsado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Juan Manuel Alonso viene caminando con muchas posibilidades de ser postulado por dos factores: es promovido por Lizeth Sánchez García, la dirigente estatal del PT y candidata a senadora de la 4T; y porque el aspirante es una propuesta del grupo del ex gobernador José Antonio Gali Fayad, en especial de su hijo José Antonio Gali López, quien compite por una diputación federal del PVEM, un partido que se ha convertido en coto de poder esta familia que antes comulgaba con el PAN y el morenovallismo.
Si se concreta –esta semana—la postulación de Alonso Ramírez no habrá duda de que la 4T perdió totalmente la brújula electoral y se ha dedicado a encumbrar a candidatos que, hasta hace unas semanas o meses, eran parte de la llamada “mafia del poder”, es decir los cacicazgos políticos y económicos contra los que luchó la izquierda por décadas.
Ejemplos hay muchos: como es la intención de nominar como candidata a diputado local del distrito 16 de la ciudad de Puebla a María de la Barreda Angon, una mujer que renunció al PAN la semana pasada y es hija de Paola Angon Silva, la cuestionada alcaldesa panista de San Pedro Cholula, a quien el Partido Acción Nacional le cerró la puerta de una posible reelección por el alto desprestigio que carga bajo sus hombros.
Otros casos son: Guadalupe Vargas Vargas, quien sería nombrada candidata a legisladora por el distrito 1 de Xicotepec de Juárez sin importar que es la hija del cacique Ardelio Vargas Fosado, el mismo que el presidente Andrés Manuel López Obrador –en junio pasado—calificó como un político que no puede estar en la 4T por sus vínculos con Genaro García Luna, el ex secretario de Seguridad Pública federal y preso en Estado Unidos por dar protección al Cártel de Sinaloa.
También está el caso de Araceli Celestino Rosas, quien es la propuesta para ser candidata en el distrito 25 de Tehuacán sin reparar que es parte de la familia de cacicazgos que desataron el conflicto post-electoral de Coyomeapan, que dejó una estela de asesinatos y persecución judicial contra activistas a lo largo del trienio que está por concluir.
El peor de los aspirantes de San Martín Texmelucan
El caso de San Martín Texmelucan llama la atención por dos factores importantes: luego de la capital, es el municipio más importante en la zona metropolitana de Puebla que es la región que aporta 4 de cada 10 votos en el estado. Si esta área se debilita, se le estará inyectando un alto grado de vulnerabilidad al proyecto de la 4T de querer retener la gubernatura de la entidad.
Mientras que el PAN le apuesta a ganar la zona metropolitana, que es donde se concentra una de las franjas más grandes de votantes “anti-AMLO” del país, que son los electores que se mueven al margen de las estructuras partidistas.
Hace 3 años, la 4T se salvó de sufrir una debacle total en la zona metropolitana de Puebla debido a que, de todos los municipios de la región, se salvó San Martín Texmelucan del desastre electoral, con la reelección de la edil morenista Norma Layón.
Ahora hay dos candidatos de la oposición muy fuertes en San Martín Texmelucan, que son: Abraham Salazar, el seguro aspirante del PMC, quien hace tres años casi gana la alcaldía y ahora marcha en primer lugar de las encuestas.
Y Pablo Contreras, un personaje que regresó al PAN luego de que hace 11 años gozaba de mucha popularidad y un fraude interno en este partido impidió que fuera el abanderado a la presidencia municipal, lo que provocó su renuncia al Partido Acción Nacional.
Hasta hace unas semanas el panorama parecía muy favorable para la 4T en San Martín Texmelucan, ya que había una batería de 9 aspirantes a la candidatura a la alcaldía y de ellos, 5 venían registrando un buen puntaje de popularidad e intención del voto.
Parecía entonces que el proceso interno de la 4T para elegir a su abanderado era el que iba a decidir al próximo presidente municipal.
Ese escenario se ha derrumbado con la posibilidad de que se postule a Juan Manuel Alonso Ramírez, quien se venía desempeñando como presidente del Comité Municipal del PVEM.
De acuerdo a las encuestas que consultó esta tecleador, de los 9 políticos que compiten –o competían– por la postulación de 4T en San Martín Texmelucan, en el lugar 9 siempre ha estado Juan Manuel Alonso, de tal manera que se le consideraba como el más descartable de los competidores.
Ahora se ha invertido el panorama y está anotado como el favorito, por un asunto de negociación política, no porque hayan mejorado sus pésimos registros.
Los sondeos apuntan que la competencia por la candidatura estaba entre los siguientes nombres: la líder del Círculo de Organizaciones Populares, Elim Garzón; el síndico Horacio Cano; el funcionario municipal Ramón Pérez; el ex priista Mariano Escobedo; y la ex legisladora local Vianey García Romero. Todos ellos bien valorados por el electorado.
A Elim Garzón, Horacio Cano y Ramón Pérez, Morena y sus aliados los han ignorado, por el simple hecho de no ser del agrado de Lizeth Sánchez, la dirigente del PT que se siente dueña de la plaza de San Martín Texmelucan, por ser oriunda de esta ciudad.
Mariano Escobedo había crecido en su presencia en el electorado, pero fue vetado por ser parte del grupo de Ignacio Mier Velazco, el perdedor de la contienda por la candidatura a la gubernatura del frente de Morena y sus aliados.
Vianey García Romero parecía ser la mejor opción. Ella es una joven de izquierda, surgida de las bases de la 4T, feminista, ex diputada local y es funcionaria estatal, además de ser cercana a Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial. Al final la dejaron fuera del municipio y la mandaron a competir por una curul federal.
Ahora quieren postular a Juan Manuel Alonso quien no es conocido por más de la mitad del electorado y tiene una intención del voto, de apenas el 10 por cierto.
No cabe duda, que los dirigentes de Morena y sus aliados han perdido el sentido común y les han ganado sus intereses privados.