El argumento sencillo y concreto para explicar la ruptura de Charbel Jorge Estefan Chidiac con el PRI tiene que ver con el incumplimiento de un acuerdo celebrado meses atrás con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido, Alejandro Moreno Cárdenas.
En los meses previos a la definición de los precandidatos al gobierno del estado, incluso cuando todavía se libraba la guerra al interior de Morena para definir coordinador nacional de los comités de defensa de la 4T, Moreno Cárdenas aceptó conceder, por anticipado, la candidatura al Senado de la República a la que aspiraba Estefan Chidiac.
Según esta especie, confirmada por al menos dos fuentes pertenecientes al partido tricolor, Jorge Estefan tenía garantizado el acceso al Senado a partir de la postulación en primera fórmula, la cual sería cedida por el PAN –como finalmente ocurrió– a cambio de quedarse con las candidaturas al gobierno del estado y a la presidencia municipal de Puebla.
Transcurrido el tiempo y llegado el plazo de registro para los aspirantes a los distintos puestos de elección popular, Moreno Cárdenas le mandó a decir a Estefan Chidiac que no podía ser candidato a senador, sino –en el mejor de los casos– a diputado local, para concretar su reelección en el Congreso del estado.
Como usted sabe, el político nacido en Acatlán de Osorio rechazó el nuevo ofrecimiento y después de semanas de intensas deliberaciones optó por apartarse del grupo legislativo del PRI y llevarse a otros cuatro compañeros en el camino, lo que terminó en su inmediata expulsión.
Esta versión es más o menos conocida: que el diputado local rompió con su partido por el incumplimiento del acuerdo para hacerlo candidato a senador, pero lo que no se conoce a detalle son los motivos que condujeron a “Alito” Moreno a tirar ese pacto explícito al bote de la basura.
Por extraño que parezca, dos personajes ajenos al PRI fueron fundamentales para la caída de la postulación que pretendía Estefan Chidiac. Uno de ellos fue el diputado federal Ignacio Mier Velazco y otro el precandidato a gobernador Eduardo Rivera Pérez.
Tanto Mier Velazco como Rivera Pérez –pero por separado– acudieron con el líder del CEN para acusar las filias políticas de Estefan, contrarias a sus intereses.
Antes del anuncio de Claudia Sheinbaum Pardo y Alejandro Armenta Mier como precandidatos a presidenta y gobernador en Morena, Alejandro Moreno había pactado apoyar a Adán Augusto López Hernández –en la federal– y a Ignacio Mier –en la estatal– por haber frenado el proceso de desafuero que pendía sobre su cabeza.
Mier fue ante “Alito” para decirle que, en el caso que más le interesaba, el de Puebla, Estefan jugaba a favor del bando contrario, el del senador Armenta Mier, lo que significó el primer y gran punto de desencuentro entre el legislador local y el presidente de su otrora partido.
Después de Mier, ya con precandidatos definidos, Eduardo Rivera hizo su parte: fue con Moreno Cárdenas para expresarle que desconfiaba de Estefan por su cercanía con Morena y el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina y le pidió que no lo hiciera candidato al Senado, puesto que no sumaría votos al frente opositor.
Los señalamientos de ambos políticos surtieron efecto y provocaron el enojo del dirigente.
Néstor Camarillo Medina, por su parte, se encargó de dar el último empujón para concretar el descarrilamiento del aspirante a senador y pasó lo que ya ha sido ampliamente documentado.
Al margen del bando que usted elija como observador, ya sea a favor de Estefan o de sus detractores, sacar a la luz estos hechos ayuda a saber qué ocurrió detrás de un acontecimiento –la ruptura– que marcará el futuro del PRI.
La complicidad del líder nacional del PRI con Ignacio Mier, por ejemplo, es muy interesante, porque pudo cambiar el rumbo de la contienda en Puebla.
En caso de que el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados hubiese ganado la encuesta y la coordinación estatal de la 4T, en lugar de Armenta, la alianza del tricolor con el PAN no se habría concretado, o habría sido de mentira, una mera simulación.
Incluso más allá:
Si el exsecretario de Gobernación caído en desgracia hubiese derrotado a Sheinbaum en la interna de Morena, el PRI de Alejandro Moreno tendría que haberse sumado a Morena y no al PAN, para ser congruente con sus alianzas y complicidades.
Pero todas esas son otras historias.
Lo que importaba era desenterrar los motivos de la partida de Estefan, que ahora sí, sin obstáculos para hacerlo público, orillado por las circunstancias, ha ratificado su adhesión al equipo de colaboradores políticos de Armenta Mier.