En la recta final en la lucha por la candidatura de Morena a la alcaldía de Puebla, los más recientes números señalan que si fuera por competitividad, el representante de la 4T en la capital sería José Chedraui Budib y por el lado de las mujeres, como ya de todos es sabido, la mejor es la ex alcaldesa, Claudia Rivera Vivanco, con una Liz Vilchis en medio de los dos como una tercera vía.
Ya no hay más en la lucha por la candidatura del nuevo “partidazo” en Puebla, si se tuviera que tomar una decisión con base a los mejores números, sin duda, el beneficiario sería el empresario quien además cuenta con el apoyo de importantes sectores de la capital del país y locales.
Por su parte, la ex alcaldesa capitalina apela a la paridad de género y a la lealtad partidista, además de que sus números no son nada despreciables, siendo la más competitiva de las mujeres y además una representante auténtica desde hace años del movimiento obradorista.
La tercera vía, ayer mismo, fue destapada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se trata de la titular de la sección, “quién es quién en las mentiras”, Elizabeth García Vilchis, mejor conocida como Liz Vilchis.
La vocera presidencial es la tercera vía y como lo comenté en mi entrega del pasado lunes, es una especie de decisión “salomónica”, para evitar un choque de trenes en Puebla en donde la pugna por la candidatura a la alcaldía, se calentó más que la propia designación del abanderado a la gubernatura.
José Chedraui tiene el visto bueno del gobernador y transita con el coordinador de la 4T, Alejandro Armenta, es un hombre con apoyos económicos al más alto nivel de este país y puede resultar efectivo, para contrarrestar el voto de las clases medias a favor del PAN.
Claudia Rivera es una auténtica representante de la 4T y eso obra a su favor. La lucha entre Chedraui y ella, muy bien como lo mencioné ayer, se asemeja a la que se presentó por la candidatura a la jefatura de la ciudad de México, entre Omar García Harfuch y Clara Brugada.
Por números, reitero, no hay más, sería el empresario, si es por la identidad partidista, entonces sería Claudia, pero es ahí, en donde toma fuerza la tercera vía, en la persona de Liz Vilchis, quien vendría con todo el apoyo de la presidencia de la República y como también lo señalé en mi entrega de inicios de esta semana, ¿quién le va a decir que no al presidente?
Se dice que a inicios de la próxima semana o a más tardar el jueves, ya se darán a conocer por parte de la comisión nacional de elecciones, los resultados de la encuesta aplicada en Puebla.
La moneda está en el aire, insisto, si es por competitividad, nadie tiene los números de Chedraui, si es por lealtad partidista, Claudia Rivera puede ser la señalada, pero si el panorama se complica, la decisión sabia será ir con Liz Vilchis, después de todo, los sondeos de opinión, le dan una ligera ventaja a Morena, con cualquiera de los tres.
La escisión que se viene en el PAN. Muy poco realmente duró la tregua al interior del PAN, entre el grupo que encabeza la diputada federal, Genoveva Huerta Villegas y el del precandidato a la gubernatura de Puebla y ex edil capitalino, Eduardo Rivera Pérez.
A las primeras de cambio, el diputado local, Eduardo Alcántara Montiel, ligado a la ex presidenta estatal del albiazul, salió a pedir la expulsión de militantes del PAN a los cuales acusa de haber tenido un pacto con el ex gobernador, Miguel Barbosa, sin por supuesto presentar ninguna prueba.
“Al ladrón, al ladrón” parece gritar Alcántara, quien olvida que él, no tocaba al fallecido mandatario, “ni con el pétalo de una rosa”, merced a que la Fiscalía General del Estado, tiene archivada la denuncia, que por acoso sexual interpuso en su contra, la ex aspirante por el PAN a la presidencia municipal de San Pedro Cholula, Erika de la Vega.
También nuestro personaje parece olvidar que siendo aún coordinador de los diputados locales del albiazul, lo cual era una aberración por tener interpuesta de denuncia por acoso sexual en su contra y haber sido sancionado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por haber incurrido en violencia política de género, decidió junto con el resto de su bancada y a excepción de Rafael Micalco, apagar su teléfono, para no hacer caso a las indicaciones de su dirigente nacional, Marko Cortés, en torno a la designación del nuevo gobernador, tras la muerte de Miguel Barbosa.
Para tener la lengua larga, hay que tener la cola chica y eso es algo que no tiene Alcántara, quien llegó a ser diputado, tras el regalo que le hizo su amiga, la entonces presidenta del PAN estatal, Genoveva Huerta, sin tener ningún mérito dentro de este partido, ya que anteriormente había militado en las filas del Partido Verde, el cual seguramente va a volver. Al tiempo.
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Ilustración: Alejandro Medina