En estricta teoría, las precampañas servirían para que todos y todas las que aspiran a un cargo público compitan dentro de sus respectivos partidos políticos o coaliciones, a fin de seleccionar al mejor perfil.
Pero ya sabemos que entre lo que marca la ley y la práctica existe un mundo de distancia, que en la mayoría de los casos termina por torcer las buenas intenciones.
Traigo esto a colación porque me parece una verdadera burla que las dos coaliciones y Movimiento Ciudadano se hayan colgado de este periodo de precampaña para, realmente, hacer campaña.
No importa que sus spots o publicaciones incluyan la inútil leyenda de “Mensaje dirigido a militantes y simpatizantes”, como si con eso todos los que no simpatizamos ni militamos en los partidos políticos pudiéramos borrar de nuestra mente las imágenes y sonidos.
Insisto, se trata de una burla porque el proceso en donde se supone las alianzas contrastarían las ideas y proyectos de dos o más suspirantes terminó reducido a una ampliación de campaña.
Los 85 millones 926 mil 665 pesos, que cada una de las precandidatas presidenciales pudo gastar también resultan una chicanada, pues el recurso se tenía destinado, nuevamente, para el contraste de perfiles y no para reforzar el posicionamiento de las dos mujeres que desde el año pasado estaban más que definidas.
De Álvarez Máynez y Movimiento Ciudadano mejor ni hablamos. ¿Qué sentido tiene una precampaña en donde tu único evento público es el cierre de campaña?
Los representantes de los partidos políticos –y las coaliciones– estudian a fondo la Ley Electoral. Lo hacen no para cumplirla a cabalidad, todo lo contrario, la intención es ver por dónde la evaden. Las precampañas evidenciaron justamente eso.
Este jueves que oficialmente hayan concluido las precampañas habremos de revisar cuántas personas más conocen la fecha exacta de la elección, cuántas cambiaron de simpatías o definieron su voto.
Es previsible que este periodo, que inició en plenos festejos navideños, solo sirvió para comenzar a aceitar la maquinaría electoral, porque –ahora sí– respetando la ley, las candidatas y candidatos evitaron tajantemente las propuestas o compromisos.
Fueron pues, una simple y llana simulación.
El emotivo informe de Gaby
El Informe de Actividades que presentó Gaby Bonilla sobre su trabajo al frente del SEDIF resultó lleno de gratas sorpresas, sobre todo, muy emotivo.
Pese a que gran parte de los invitados pertenece al llamado círculo rojo, más de uno soltó una lagrimilla ante las acciones realizadas.
A diferencia de otros años donde simplemente se leyeron cuántos aparatos ortopédicos se entregaron o cuántas cajas de leche se repartieron, en esta ocasión las y los encargados de enlistar el trabajo de Gaby fueron los propios beneficiados.
Ellas y ellos hablaron de cómo un aparato, una prótesis, un bastón, les permitió retomar muchas actividades y darle un sentido completamente diferente a sus vidas. Y ahí estuvo el verdadero valor, en las nuevas oportunidades que se les brindan a quienes más lo requieren.
El derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir en familia se hizo sentir a través de las adopciones y la reintegración de menores de edad a sus núcleos familiares. Se dice fácil, pero hay mucho trabajo interdisciplinario detrás de cada caso.
Por eso y mucho más, ¡enhorabuena!