Mucha controversia ha causado entre las bases obradoristas de la Mixteca poblana la manera en que se está entrevistando y seleccionando a los aspirantes a candidatos a ediles y diputados locales, debido a que todo el procedimiento ha caído en manos de políticos surgidos del PRI e incluso, algunos de ellos con oscuros antecedentes. Pero sobre todo son personajes totalmente ajenos al movimiento de la 4T.
Y lo que más ha llamado la atención, o mejor dicho ha provocado incomodidad y extrañeza, es la forma en que los aspirantes son convocados a entrevistas, que se acaban convirtiendo en una especie de interrogatorios con formas autoritarias.
Una pregunta recurrente en esos interrogatorios es, palabras más, palabras menos, la siguiente: “Partiendo que un buen gobierno fue el de Rafael Moreno Valle Rosas, ¿cuál es su idea de un buen gobierno para el futuro de Puebla?”
No se sabe si es una simple estrategia, la de nombrar al panista Rafael Moreno Valle Rosas –quien como gobernante fue un represor de movimientos de izquierda–, para medir la reacción de los suspirantes de las candidaturas y poder detectar a los que comulgan con la derecha.
O la otra posibilidad es que en realidad los entrevistadores, aparte de tener antecedentes priistas, son parte del morenovallismo, el grupo político que le hizo fraude electoral a Morena en la contienda de gobernador de hace seis años.
No sería nada extraño que, efectivamente, los encargados de la selección de candidatos pudieran ser adoradores de culto de la figura de Moreno Valle.
La posibilidad es viable si al final de cuentas se está abriendo las puertas de Morena y de la 4T a figuras controvertidas del PRI como José Chedraui Budib, que fue el operador financiero de Enrique Peña Nieto en su época de candidato presidencial del tricolor; al legislador local Jorge Estefan Chidiac, quien en su momento fue uno de los principales artífices del rescate bancario del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León; o Ardelio Vargas Fosado, quien ejerce un férreo cacicazgo en la región de la Sierra Norte del estado y ha sido repudiado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los expriistas que se están haciendo cargo de las entrevistas en cuestión son Edith Cid Palacios, quien entre los años 1996 y 2008 fue alcaldesa y diputada local de Tepexi de Rodríguez, cuando en esa región de la Mixteca solo el PRI ganaba elecciones. Posteriormente desertó al Partido Verde Ecologista, que se ha convertido en la fuerza política que le abre “la puerta” de la 4T a destacadas figuras priistas.
Otro personaje es Adán Pastén Sibaja, quien en la última contienda electoral fue candidato a edil en Cuautlancingo por el partido Pacto Social de Integración, como parte de la coalición que estuvo encabezada por el PRI, el PAN y el PRD.
A finales de diciembre pasado, el virtual candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, Alejandro Armenta Mier, nombró a Cid Palacios como coordinadora distrital y a Pastén Sibaja como encargado regional. Por lo que su presencia está justificada en el proceso de depuración de los aspirantes a candidatos morenistas.
Quien no tiene nombramiento y está jugando un papel central en las entrevistas a los suspirantes de la 4T, es el ex diputado local del PRI Enrique Nacer Hernández, quien tiene un obscuro pasado.
Nacer primero fue diputado del PRI y en una segunda ocasión lo fue del Partido Nueva Alianza, cuando era la fuerza política de la entonces cacique del magisterio nacional, Elba Esther Gordillo Morales.
Este hombre ocupó la titularidad de la Dirección de Egresos en la Tesorería del Ayuntamiento de Puebla y a la mitad de la gestión, la entonces edil de la capital, Blanca Alcalá Ruiz, lo despidió del Ayuntamiento que en esa época era del PRI.
La segunda vez que fue legislador, los diputados priistas de ese entonces revelaron que Enrique Nacer había enfrentado una inhabilitación de la Secretaría de la Función Pública por haber sido acusado de un fuerte desfalco al Instituto Mexicano del Seguro Social en Puebla, en donde fue el encargado del área administrativa; y también fue investigado en el Ayuntamiento de la capital por anomalías del orden de los 16 millones de pesos, de esa época.
Al final, como siempre ocurre en México, los procesos legales se desvanecieron con el paso del tiempo y se levantaron las sanciones contra Nacer Hernández.
Sin embargo, es pertinente preguntarse: ¿dónde quedó eso de que en la 4T solo pueden estar lo que no roban, no mienten y no defraudan al pueblo?