En apenas una elección, el PRI en Puebla pasó de ser el principal socio electoral de Acción Nacional (PAN) en 2021, a convertirse para el actual proceso de 2024 en el mayor lastre de problemas, acusaciones de haberse convertido en un nido de corrupción y un instituto irrelevante en vías de desaparición. Las cenizas que de este quedan pudieran ser el polvo que anuncia su extinción.
Al tricolor lo están dejando todos sus cuadros fundamentales y sobre quienes estaba sustentado el muy poco valor político que le quedaba.
Si el desmoronamiento del priismo en Puebla tenía, de por sí, una ruta inevitable, con Néstor Camarillo Medina como presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) se aceleró la descomposición.
La principal queja es que el ex alcalde del Quecholac se ha quedado con todo.
Para él, su familia y para sus allegados.
Todo, con el aval del presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, quien es su principal socio de “negocios”.
La primera fórmula al Senado de la República la expropió, literalmente, Néstor Camarillo.
Hay voces que aseguran que las posiciones para el Cabildo capitalino en la lista del frente opositor, las pretende entregar a su esposa y a su incondicional, José Luis Carranza Magallanes, que no tiene suficientes méritos.
Hay también acusaciones muy graves, que podrían terminar en denuncias formales ante las autoridades penales, de que las candidaturas “están en venta” en el edificio de la diagonal Defensores de la República.
Un caso, ya aquí reportado, el de la “panista” Paola Angon en San Pedro Cholula. Su presencia en el mitin de cierre de precampaña de Xóchitl Gálvez, enfundada de pies a cabeza en los colores del PRI, no fue casual. Ya cumplió con su cuota –y no me refiero precisamente al camión con acarreados que le pidieron para el evento de la presidenciable.
Los diputados locales Jorge Estefan Chidiac y Silvia Tanús han anunciado su salida del instituto en el que militaron todas sus vidas.
La principal razón son las actitudes de Camarillo y Alito.
El incumplimiento de candidaturas.
El sectarismo y modelo de negocios de la dupla Camarillo-Alito, con que se entregan las postulaciones.
Estefan se sumará a la cuarta transformación (4T), a través de una candidatura a diputado federal vía el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Tanús anunció que se dedicará a la consultoría, aunque la realidad es que, sin militancia formal, también se sumará al lopezobradorismo poblano, aunque sea con la figura de “asesora”.
Antes anunció su salida, para postularse por el PVEM a la alcaldía de Chignahuapan, el también diputado local Juan Enrique Rivera Reyes.
Son los visibles últimamente.
Pero la desbandada es abundante.
Masiva.
Añeja.
Cruenta.
Al menos 40 de los 53 alcaldes que llegaron en 2021 por el tricolor ya son cuatroteros y en su mayoría irán a la boleta, ahora por alguno de los partidos que conforman, en el contexto del proceso federal, la alianza Sigamos Haciendo Historia.
¿Pero cuánto ha dejado de valer el PRI?
Hasta la llegada de Néstor Camarillo a la dirigencia, el PRI había ganado más de 80 alcaldías.
En 2021, ya con alianza, apenas consiguió rescatar 53 triunfos en las 217 alcaldías del estado de Puebla.
En ese proceso electoral concurrente, obtuvo 14.54 por ciento de la votación.
Eso pudo sumar a la alianza Va por Puebla, con PAN y PRD.
¿Pero cuánto vale hoy?
Es difícil decirlo, pero quienes hacen proyecciones electorales, consideran que menos de la mitad.
Estefan, Tanús, Rivera, 40 alcaldes, cientos de militantes… y el éxodo sigue, del otrora partidazo a la 4T.
La extinción del tricolor está cerca.
Y no es exageración.