Todos los priistas que ya se fueron del PRI tal vez debieron quedarse, de todos modos, el PRI poblano está a punto de caer en manos del precandidato de Morena a la gubernatura, Alejandro Armenta.
Y es que un personaje ligado al marinismo y al zavalismo, según se dice, será quien se haga cargo de manejar lo que queda del tricolor, ahora que Néstor Camarillo abandonará el barco, cuál vil rata, cuando está a punto de hundirse.
Se trata de Lázaro Cuauhtémoc Jiménez Aquino, un chiapaneco avecindado en Puebla, que fue impulsado en sus inicios por el entonces alcalde, Rafael Cañedo Benítez, quien lo hizo dirigente del Frente Juvenil Revolucionario.
La carrera de Lázaro fue en ascenso cuando, tras la muerte de Cañedo en el 2001, se pasó a las filas del marinismo y, específicamente, del zavalismo.
Zavala y Lázaro eran paisanos, ambos provenían de Chiapas y estudiaron Derecho en la BUAP e hicieron equipo de tal forma que Javier impulsó a quien ahora será el encargado de conducir al PRI en la batalla del 2024, de acuerdo a algunas versiones periodísticas.
Durante el marinismo, Lázaro “se levantó y anduvo”, ya que fungió como subsecretario del Transporte, en donde se enriqueció a manos llenas, vendiendo concesiones de transporte público y mototaxistas a diestra y siniestra, tanto así que, tras el triunfo de Moreno Valle, Jiménez Aquino salió volando de Puebla, luego de ser uno de los primeros en ser denunciado por diversas irregularidades durante su paso por la SCT. De sus abusos cometidas, tienen amplios expedientes la entonces contralora, Patricia Leal, y también Eukid Castañón.
Lázaro se fue a refugiar a su natal Chiapas, al lado de Manuel “El Güero” Velasco, quien lo premió con un cargo y más tarde, tras ganar Peña Nieto, Jiménez Aquino fue designado delegado federal en aquella entidad y más tarde trasladado a Campeche, en donde trabó una gran amistad con el entonces gobernador de esa entidad, Alejandro “Amlito” Moreno, hoy dirigente nacional del PRI.
Desde entonces, la carrera política del chiapaneco avecindado en Puebla ha estado ligada a la del dirigente nacional del PRI, quien lo hizo diputado federal y presidente del Instituto de Capacitación Política Jesús Reyes Heroles, es decir, Lázaro es el ideólogo del PRI, ¡hágame usted favor!
Desde este cargo, Lázaro ha beneficiado a través de los cursos de capacitación a un personaje muy cercano al hoy candidato de la alianza “Sigamos Haciendo Historia” a la gubernatura de Puebla, Alejandro Armenta, esto se puede traducir como que el PRI va a entregar Puebla, o como dijera el clásico, “o al menos así me lo parece”.
Eduardo Rivera, Mario Riestra y demás panistas que lo acompañan deberían de protestar ante la dirigencia nacional de su partido y ante la alianza, en caso de que se concrete esta designación por parte de “Amlito”, porque, automáticamente, la llegada de Jiménez Aquino significaría entregar la plaza y el partido al precandidato del bloque oficialista.
Esta posible designación, así como la postulación de Néstor Camarillo, le dan la razón a todos aquellos priistas poblanos que ya se quieren salir de este partido y pasarse a Morena o sus partidos satélites.
El nivel del tricolor y de quienes lo dirigen, literalmente, “achaparra” y, reitero, hace pensar que la plaza está más que entregada; pobres panistas que creyeron en “Amlito” y compañía y que, además, entregaron dentro del convenio una cantidad muy importante de diputaciones federales y el primer lugar de la fórmula al Senado al tricolor.
Tensión en Morena
Las versiones periodísticas que hablan de que todo fue miel sobre hojuelas en la reunión sostenida el pasado domingo en el restaurante “Mochomos” no son del todo verdad.
Como lo señaló el periodista Carlos Rocha, hubo expresiones de inconformidad por parte del ex aspirante a la candidatura a la gubernatura por Morena y hoy aspirante al Senado, Ignacio Mier Velazco, y también de la ex presidenta municipal de Puebla Claudia Rivera.
La versión dada a conocer por Rocha en el portal e-consulta es real. Mier se inconformó ante la llegada de perfiles como el del aún diputado priista Jorge Estefan Chidiac y de otros cuadros del tricolor; mientras que Claudia Rivera expresó su molestia ante un posible albazo por parte de la dirigencia nacional de Morena, ante la designación del candidato a la alcaldía de Puebla.
Los dos fueron los únicos que expresaron su molestia ante el enviado de la precandidata presidencial, Claudia Sheinbaum, el senador Ricardo Monreal, el gobernador Sergio Salomón y el precandidato a la gubernatura Alejandro Armenta Mier.
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Ilustración: Alejandro Medina