Aunque fue rechazado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el polémico Ardelio Vargas Fosado se mueve como “pez en el agua” dentro de la 4T, a tal grado que hace unos días acordó un pacto de unidad para apoyar a Benito Ánimas Arellano, para que el segundo de ellos compita bajo las siglas de Morena por la alcaldía de Xicotepec de Juárez.
Al mismo tiempo, Vargas Fosado ha estado haciendo acuerdos con varios grupos morenistas para fortalecer el proyecto de que su hija Guadalupe Vargas Vargas se convierta en la próxima candidata de la 4T –por medio de Morena– a la diputación local o federal de la región de Huauchinango.
Es decir, el político priista quiere influir, o mejor dicho imponer, a los gobernantes y legisladores de los municipios más importantes de la Sierra Norte, pero bajo el uso de los partidos que forman parte de la 4T y sin abandonar su militancia en el PRI.
Visto de otra manera: busca patentizar que su cacicazgo está intacto y sigue controlando las elecciones en la región norte de la entidad.
Tal situación plantea una serie de preguntas fundamentales:
¿Dónde quedó el veto del presidente Andrés Manuel López Obrador contra Ardelio Vargas Fosado, de quien le dijo abiertamente: “no tiene cabida en nuestro movimiento”?
¿Por qué los dirigentes de la 4T en el estado no actúan en congruencia con la exclusión dictada por López Obrador, hace seis meses, desde Palacio Nacional?
¿Qué hizo Ardelio Vargas Fosado para ganarse un asiento en Morena?
No cabe duda de que esta elección será recordada por la conquista de los caciques priistas de la 4T en Puebla.
Historia del pacto
El pacto para apoyar a Benito Ánimas Arellano en la contienda por la alcaldía de Xicotepec de Juárez se acordó en los primeros días del presente año y lo suscribió Guadalupe Vargas, a nombre de su padre.
Dicho acuerdo es una forma de supervivencia política de Ardelio Vargas Fosado, quien buscaba por segunda vez convertirse en alcalde de su natal Xicotepec de Juárez, en donde ya fue edil entre los años 1987 y 1990, pero los números no le alcanzan y decidió retirarse de la contienda; pero eso no implica que ya no ejerza el férreo cacicazgo que ha desarrollado en la región y conquistar nuevas posiciones políticas a través de su hija Guadalupe Vargas Vargas.
En julio pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó severamente que el excomisionado del Instituto Nacional de Migración Ardelio Vargas Fosado hubiera sido nombrado subsecretario de Desarrollo Político en el estado de Puebla. El mandatario sentenció que el funcionario era parte del grupo del siniestro exsecretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna, y por esa razón no tenía cabida en la 4T.
La intervención del mandatario federal provocó a las pocas horas –del 4 de junio de 2023– la dimisión de Ardelio Vargas, quien posteriormente se refugió en Xicotepec de Juárez, en donde un par de meses después empezó a recorrer ese enorme municipio de la Sierra Norte para promoverse como futuro candidato del PRI a la alcaldía e intentar convertirse en el sucesor de su hija, Guadalupe Vargas Vargas, la actual edil de esa demarcación.
Hasta ese momento, parecía que la contienda por la alcaldía de Xicotepec de Juárez se concentraba entre dos actores: Ardelio Vargas y el controvertido Carlos Barragán Amador, un personaje que ya ha sido dos veces edil –de 2005 a 2008 y de 2011 a 2014–, que es famoso por meterse en muchos escándalos y porque en 2021 rompió con el PRI, se convirtió en candidato independiente y casi le gana la elección a Guadalupe Vargas, que en esa ocasión se reeligió.
Un importante detalle del proceso electoral de 2021 es que en esa ocasión otro exalcalde, el panista Juan Carlos Valderrábano Vázquez, se alió con Guadalupe Vargas y su padre para enfrentar y derrotar a un rival político en común: Carlos Barragán. Se estima que el político panista le aportó al PRI la mitad de los sufragios obtenidos en las urnas.
Ahora, las condiciones ya cambiaron, pues Juan Carlos Valderrábano Vázquez ha decido romper la alianza con los Vargas y él ahora buscará ser el candidato de la coalición del PAN, el PRI y el PRD a la Presidencia Municipal, misma que intenta conquistar por tercera vez.
Sabedor de que sin los votos del PAN no le alcanza para competir contra Carlos Barragán Amador, el también exsecretario de Seguridad Pública en el estado decidió bajarse de la contienda.
Eso no implicó alejarse de la posibilidad de decidir quién debe ser el siguiente alcalde de su municipio.
Por esa razón limó asperezas con Benito Ánimas Arellano y han acordado ir juntos a la contienda, todo con un mismo propósito: no dejar pasar por ningún motivo a Barragán Amador.
Más allá de estos acuerdos, lo fundamental es saber: ¿desde Palacio Nacional volverán a vetar a Ardelio Vargas?
¿O en esta ocasión no le van a poner atención?