Durante este siglo, Puebla ha observado un comportamiento electoral variante y muy de acuerdo a la alternancia que ha experimentado el país.
Como ya lo vimos en anteriores entregas, al poblano le gusta la alternancia y también, ya es muy complicado ver, los “carros completos” que se dieron durante el PRIATO.
Desde el 2000 a la fecha, el voto diferenciado se ha hecho presente en cada uno de los procesos vividos, tanto a nivel local como federal.
Antes del 2018, cuando Morena arrasó en las 16 diputaciones federales de Puebla no había existido un “carro completo”, el último se había registrado en 1987 de la mano del entonces gobernador, Manuel Bartlett Díaz, y de su operador político, el entonces dirigente estatal del PRI, Mario Marín Torres. De entonces a la fecha, el voto varía, así como también, el partido en el poder en la entidad.
En el 2000, el priista Melquiades Morales Flores gobernaba en Puebla, cuando la elección presidencial fue ganada por el panista Vicente Fox, obtuvo la Presidencia de la República imponiéndose a Francisco Labastida Ochoa y poniendo fin a 80 años de hegemonía tricolor.
Pero mientras Fox ganaba la Presidencia de la República, el PRI en Puebla se llevaba las dos senadurías que estuvieron en juego de la mano de Rafael Cañedo Benítez y Germán Sierra Sánchez, quienes derrotaron a la dupla integrada por Francisco Fraile García y Ana Teresa Aranda Orozco.
Acción Nacional ganó 10 de 15 distritos electorales que estuvieron en juego y el PRI fue arrasado en los cuatro distritos de la capital, ganados tres por el PAN y uno por el Verde, quien en esa elección jugó a favor del albiazul. Cabe señalar que la capital era gobernada, en ese entonces, por el priista Mario Marín Torres.
Seis años después, gobernaba en Puebla el priista Mario Marín, cuya administración había sido sacudida un año antes por el escándalo conocido como el Lydiagate, la detención ilegal de la periodista Lydia Cacho.
En la elección del 2006, el panista Felipe Calderón ganó la Presidencia de la República, pero, aun así, el alicaído priismo pudo ganar tres de las 15 diputaciones que estuvieron en juego, aunque el tricolor perdió las dos senadurías a manos de Rafael Moreno Valle y Humberto Aguilar Coronado, quienes le ganaron al exgobernador Melquiades Morales y a Mario Montero.
Para el 2012 gobernaba en Puebla el panista Rafael Moreno Valle, pero ganó en la entidad el priista Enrique Peña Nieto, exgobernador del Estado de México. De la misma forma, el tricolor se llevó las dos senadurías de la mano de Blanca Alcalá y Lucero Saldaña, quien entró en lugar de Juan Carlos Lastiri, que decidió bajarse para ayudar a su partido por el tema de género y recibió como recompensa una subsecretaría al lado de Rosario Robles.
Aun así, el panismo se adjudicó cuatro diputaciones federales, dejando en claro el poder de la operación política de Rafael, pero también que en Puebla hay voto diferenciado.
Para el 2018, Morena arrasó en la elección federal realizada bajo el mandato del, en ese momento, gobernador panista Tony Gali, quien al igual que su antecesor, Rafael Moreno Valle, sacaron las manos del proceso electoral federal, para ganar únicamente la gubernatura a manos de Martha Erika Alonso.
En el plano federal, Morena arrasó en la Presidencia, en el Senado y en las diputaciones federales, pero, en el plano local, la situación fue muy diferente, ya que Martha Erika ganó la gubernatura, perdió las diputaciones, pero obtuvo la mayoría de las presidencias municipales, aunque cedieron también la capital del estado a Morena.
Esto comprueba lo que hemos venido señalando en este espacio, es muy difícil predecir cuál va a ser el comportamiento electoral de Puebla, esto es algo que ni las encuestas pueden medir, sin importar el partido que tenga en sus manos la Presidencia de la República o la gubernatura.
En 2024 Morena ostenta tanto la Presidencia de la República como la gubernatura, las dos senadurías, la mayoría en el Congreso local y también 12 de las 16 diputaciones federales, sin embargo, está comprobado, reitero, que al poblano le gusta la alternancia y el voto diferenciado, veremos si ahora el “oficialismo” puede hacer que se cumpla la excepción a la regla.
El poder Verde
El Partido Verde, el satélite de Morena, va a poner a sus mejores cuadros en la elección del 2024, para tratar de sumarle el mayor número de votos a Claudia Sheinbaum dentro de la elección federal y a Alejandro Armenta en lo local.
De esta forma, su candidato a diputado federal por el Distrito 9 será Tony Gali López, hijo del exgobernador del estado, quien ya fue diputado local y exsecretario de Desarrollo Económico.
Por el Distrito 10 de San Pedro Cholula, el cual también le corresponde siglar, su carta será la aún secretaria de Medio Ambiente, la dos veces diputada federal por el Verde, Beatriz Manrique Guevara, quien competirá en esta demarcación en contra del “Tigre”, Humberto Aguilar Coronado.
Por el Distrito 11, el Verde enviará al diputado federal Juan Carlos Natale, quien ya fue dirigente estatal de este partido y diputado federal por esta demarcación en el 2015, además de que ya fue suplente de la entonces diputada, Nancy de la Sierra.
Con estos tres personajes, el Verde busca, además, apoyar también la campaña de quien vaya a ser el candidato o la candidata de Morena a la gubernatura de Puebla.
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Ilustración: Alejandro Medina