Haití se encuentra en medio de una fuerte crisis, ya que el gobierno ha declarado estado de emergencia y toque de queda en Puerto Príncipe tras un violento ataque a la Penitenciaría Nacional. La fuga masiva de miles de presos ha llevado a medidas extremas para restablecer el orden en la capital.
El ministro de Economía, Patrick Michel Boisvert, en calidad de primer ministro en ejercicio, fue el encargado de firmar la declaración de estado de emergencia. Estas medidas restrictivas, que incluyen un toque de queda desde las 18 hasta las 5 horas, buscan hacer frente a la creciente inseguridad en Puerto Príncipe, donde bandas armadas perpetran actos criminales cada vez más violentos.
La situación empeoró después del ataque a la Penitenciaría Nacional, donde al menos una decena de personas perdieron la vida. Bandas armadas asaltaron la cárcel con el objetivo de liberar a los presos, provocando una fuga masiva que pone en riesgo la seguridad nacional. El gobierno haitiano ha instado a las fuerzas de seguridad a utilizar todos los medios legales para hacer cumplir el toque de queda y detener a los infractores.
Haití, un país ya sumido en una profunda crisis política, humanitaria y de seguridad desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, enfrenta ahora la difícil tarea de contener la violencia de las bandas que han tomado el control de vastas áreas, incluida la capital.
Las fuerzas de seguridad, desbordadas por la magnitud de la crisis, intentan repeler los ataques de bandas armadas que buscan derrocar al controvertido primer ministro Ariel Henry. Este, actualmente en Kenia para firmar un acuerdo de envío de policías africanos apoyados por la ONU, se enfrenta a una situación crítica en su ausencia.
El gobierno haitiano denuncia la furia de “delincuentes fuertemente armados” que buscan liberar a cualquier precio a personas detenidas por crímenes graves. La policía nacional está en alerta máxima para localizar a los presos evadidos y detener a los responsables de estos actos criminales y sus cómplices.
En medio de la incertidumbre, la atención se centra en la seguridad y estabilidad futuras de Haití, un país que lucha por superar una serie de desafíos que amenazan su tejido social y político. La fuga masiva de presos solo intensifica la urgencia de encontrar soluciones efectivas para restaurar la paz en la nación caribeña.