El pasado miércoles marcó un hecho trascendental en la presidencia de Javier Milei en Argentina, ya que a tan solo 45 días de asumir el cargo, enfrentó su primer paro general. La convocatoria, realizada por la Confederación General del Trabajo (CGT) junto con otras organizaciones, reunió a una multitud en la capital y desencadenó movilizaciones en varias ciudades del país.
La protesta se llevó a cabo frente al Congreso de la Nación y abordó principalmente las dos grandes reformas propuestas por Milei. La primera, su proyecto de Ley Ómnibus, actualmente en discusión en el Congreso, y la segunda, un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que ha desregulado sectores económicos y enfrenta suspensión judicial por su contenido controvertido.
ARGENTINA. LO ÚLTIMO. Izquierdistas en acción!…Los sindicatos están promoviendo paro general, Milei asumió hace un mes. El protocolo antipiquetes que permite la libre circulación entra en vigor permitiendo el tránsito a los trabajadores. pic.twitter.com/36dL4jVedv
— Liliana Franco (@lilianaf523) January 24, 2024
Aunque la huelga oficialmente comenzó al mediodía, afectando servicios como bancos y otros, algunos sectores optaron por extender la medida durante todo el día. Hospitales atienden solo emergencias, y muchos vuelos fueron cancelados. A pesar de ello, el transporte público operó durante la jornada, facilitando la movilización de manifestantes en Buenos Aires y otras ciudades como Rosario, Mar del Plata y Córdoba.
Los reclamos de los sindicatos se centraron en la crítica a las reformas laborales propuestas por Milei. Durante el acto central, líderes sindicales, como Pablo Moyano, expresaron su descontento con el ministro de Economía, Luis Caputo, y cuestionaron la implementación de medidas que afectan a los trabajadores y jubilados.
El Gobierno de Milei respondió rechazando la huelga y anunciando descuentos salariales para empleados del sector público que participaron en la protesta. El vocero presidencial, Manuel Adorni, consideró el paro como una “complicación” y descartó la posibilidad de un diálogo con la CGT.
En el marco de tensiones, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, tildó a los sindicalistas de “mafiosos” y defendió las decisiones del presidente Javier Milei. A pesar de un importante dispositivo de seguridad, la protesta se desarrolló de manera masiva, marcando un desafío significativo para el nuevo gobierno argentino.