Después de haber pisado suelos canadienses y estadunidenses, la niñera más famosa de todos los tiempos surcará los cielos del Distrito Federal y aterrizará con su sombrilla en el Auditorio Nacional para deleitar a chiquitos y grandes con canciones como Chim Chimenea, Con un poco de azúcar o Supercalifragilisticoespialidoso. Lo que pocos saben es que el Coloso de Reforma pasará a la historia como el escenario más grande en el que se haya montado la obra protagonizada por Megan Osterhaus y Nicolas Dromard.
“Estoy ansiosa por llegar a la Ciudad de México, pues he escuchado cosas grandiosas sobre ella. Mis compañeros y yo sabemos que el Auditorio Nacional es un bello lugar, con una arquitectura magnífica y una excelente ubicación, sin embargo, lo que más nos emociona es que éste será el escenario de grandes ligas. Eso es maravilloso y estamos listos para enfrentar esta nueva aventura”, expresó Megan Osterhaus, actriz estadunidense que le da vida a Mary Poppins.
Según lo explicado por Anne Michelson, asistente del stage manager, en Estados Unidos y Canadá, la obra se ha presentado en teatros que cuentan con dos mil o cuatro mil butacas, mientras que ahora, lo harán frente a siete mil asistentes, cifra que por logística y funcionalidad autorizó tanto la producción como el Auditorio Nacional.
La obra basada en los textos homónimos de la australiana Pamela Lyndon Travers Mary Poppins llega a México después de haberse presentado hace unas semanas en el San Diego Civic Theatre, donde registró localidades agotadas gracias al carisma y la magia de la niñera que vuela por los tejados londinenses acompañada de su amigo Bert y los niños Jane y Michael Bans.
Excélsior fue invitado a la primera función de temporada en la ciudad californiana para presenciar el trabajo de todas esas personas que tanto detrás como frente al escenario se esmeran para ofrecer un espectáculo de calidad. Horas antes de que iniciara la puesta, Función hizo un recorrido por el escenario y constató la gran organización con la que cuenta la producción para hacer magia frente al espectador.
Escenarios movibles gracias a motores computarizados, guardarropas ordenados, maquillistas y vestuariasta alertas a cualquier eventualidad, así como actores ensayando sus partes, fueron algunos de los elementos que se hicieron presentes a los ojos del visitante. Después de esto, el telón se levantó y durante dos horas con cuarenta y cinco minutos, el espectador presenció la historia que relata cómo cambia la vida de la familia Banks después de que una enigmática niñera llamada Mary Poppins incide en sus vidas para hacerles ver que lo más importante de la vida es la unión familiar.