Como cada tanto, el tema de las pensiones está otra vez sobre la mesa. Y, como ha ocurrido en otras ocasiones, sigue provocando más preguntas que respuestas. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció una serie de reformas e iniciativas que presentará ante el Congreso de la Unión en los primeros días de febrero, y en el paquete se incluye una iniciativa en materia de pensiones. Sin embargo, por el momento es difícil ponderar el alcance de la propuesta porque, dice el académico Luis Raúl Rodríguez, “hasta el momento solo se han dicho algunas cosas, pero hay demasiado espacio para la especulación. Es importante primero conocer el texto”.
Como lo han mencionado muchas otras voces, el académico de la Escuela de Negocios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) dice que es prioritario atender el tema de pensiones. Y no es sencillo: la población mexicana registra un envejecimiento acelerado, hay poca recaudación fiscal y mucha población trabajando en la informalidad. “Es una receta muy mala”, dice Rodríguez Reyes. El problema, añade, es que con la información que se ha dado a conocer hasta ahora “pareciera que están armando la propuesta sobre las rodillas, van diciendo cosas diferentes”.
Uno de los puntos que ha mencionado el presidente López Obrador es que se buscará que el gobierno haga aportaciones progresivas para contribuir a que el trabajador se jubile con el 100% de su sueldo. Sin embargo, Luis Raúl Rodríguez señala que no es claro cómo se podría realizar esta aportación, que implicaría duplicar la contribución económica gubernamental. “Es un compromiso fiscal importante para el Gobierno, porque si no se hace una reforma fiscal para recaudar más recursos, entonces los fondos tienen que salir de otras áreas del presupuesto, dejándolas con menos recursos. La cobija es una y se va haciendo más chica”, dice.
Entre las muchas opciones que se han mencionado cuando se habla de cómo solucionar el problema de las pensiones, el académico del ITESO menciona dos esquemas: el ocupacional y el generalizado. El primero tiene que ver con el ahorro y los fondos para el retiro, pero resulta insuficiente porque, dice, “en un país como México, con los altos índices de ocupación informal que se manejan, mucha gente queda fuera del esquema”. El segundo es parecido al modelo europeo y contempla una pensión generalizada y universal, para la cual es necesario aumentar la recaudación de impuestos. Y para aumentarla es necesaria la reforma fiscal.
“El problema es que hubo dos momentos importantes para hacer una reforma fiscal importante, cuando había condiciones legislativas: en la administración de Vicente Fox y en la de López Obrador. Pero no se animaron a hacerla y se plantearon soluciones pequeñas, parciales, que quedaron chicas. La reforma fiscal va a enojar a todo el mundo, tiene un costo político a corto plazo, pero es lo mejor para poder enviar esos impuestos al fondo de pensiones”, señaló el académico del ITESO.
Luis Raúl Rodríguez dice que, desde su perspectiva, el modelo generalizado, financiado vía impuestos, es la mejor opción. Y también señala que es importante no regresar a la administración que había antes, cuando las pensiones eran un fondo común gestionado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y se prestaban a malos manejos y excesos. En ese sentido, agrega, es mejor la transparencia que ofrece el esquema de las afores.
Pero reitera: “es complicado discutir todos estos temas en el aire, es importante esperar a conocer el documento con la iniciativa”.