Aunque aparentemente es muy temprano para emitir pronósticos sobre la gubernatura poblana 2024, los dos principales perfiles a ese cargo, el senador Alejandro Armenta Mier y el panista Eduardo Rivera Pérez, vivieron importantes acontecimientos políticos en los últimos días que indudablemente reconfiguran sus aspiraciones futuras.
En el caso del morenista, el regreso de Olga Sánchez Cordero al Senado fue como una cachetada con guante blanco a sus intenciones de suceder a Miguel Barbosa Huerta.
Ello en virtud de que su jefe y gurú, Ricardo Monreal Ávila, ya no tendrá el peso necesario en el instituto obradorista para influir en las candidaturas venideras.
Lo anterior encuentra sustento en que el ex gobernador de Zacatecas pretendía poner al frente de la Mesa Directiva a alguien de su grupo o de sus confianzas, para desde ahí tener otro aliado en su búsqueda por la presidencia de México.
Sin embargo, el retorno de Sánchez Cordero dinamita las intenciones del senador en cuestión, y a su vez, las de sus incondicionales, como el ya mencionado Armenta Mier.
Por otra parte, el presidente de la Comisión de Hacienda en el Senado no está teniendo la cercanía necesaria con el actual residente de Casa Aguayo, como sí ha sido el caso del alcalde electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien durante la última semana ya estuvo dos ocasiones en el lugar referido.
Aunado a lo anterior, el político albiazul ha comenzado a entablar alianzas con las diferentes bancadas partidistas que integrarán el Congreso local venidero, que, más allá del discurso oficial, es una primera señal de su plan para el 2024, en donde la comunicación con los líderes de otras instituciones políticas será un elemento clave.
Además, en Puebla, es casi el único candidato a la vista de Acción Nacional con posibilidades de recuperar la gubernatura, el cual también ha logrado sumar apoyos de ediles y gobernadores en funciones.
Junto con ello, Marko Cortés Mendoza, líder nacional de su partido, que pretende reelegirse en el cargo, se desvive en halagos hacia Rivera Pérez, lo que podría traducirse en un impulso natural en tres años.
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Federación y Estado hacen censo de damnificados por separado
Por alguna razón la Secretaría de Bienestar Federal que encabeza Javier May Rodríguez, decidió que el censo de las personas que resultaron damnificadas por el paso del huracán Grace se hiciera de manera separada entre el estado y la federación.
Cada orden de gobierno habrá de tener su propio padrón de damnificados, mientras tanto, las más de 20 mil familias afectadas en los 64 municipios de la Sierra Norte y 8 más de la Sierra Negra, ha tenido que sobrevivir con la ayuda que sólo la administración estatal ha destinado a través del DIF, desde ayuda alimentaria, ropa, calzado y kits de limpieza.
Aún se desconoce que ayuda proporcionara el Gobierno Federal, para los damnificados, lo cierto es que desde el sábado y domingo brigadas de Biesbrar se desplazaron en las comunidades de los 68 municipios que sufrieron daños en cosechas, viviendas, puentes, carreteras y caminos.