El juicio popular, al menos del círculo rojo y un poco más allá, ha condenado ya al ex dirigente estatal del PRI, Néstor Camarillo Medina, como un mentiroso y un tramposo, por hacerse pasar por indígena para conseguir la candidatura al Senado de la República. Eso, muy pronto, podría ser ratificado o rechazado por las autoridades electorales. Y es que una guillotina pende en estos días sobre la cabeza del expresidente de Quecholac, el municipio donde, por si algo faltara para descomponer el escenario poblano, ha sido postulada la hija del célebre huachicolero “El Toñín” como candidata de la alianza PAN-PRI-PRD-PSI.
El caso de Camarillo, quien ha dado mucho de qué hablar, ha tomado especial relevancia en las últimas horas.
En la sesión que terminó la madrugada del 13 de marzo, el Instituto Nacional Electoral (INE) tumbó 23 candidaturas de supuestos indígenas que no pudieron acreditar esa condición.
Hay que recordar que las leyes electorales resguardan ciertos lugares en las postulaciones como acciones afirmativas.
Hay candidaturas que deben ser reservadas a integrantes de los pueblos originarios.
Otras a personas no binarias.
Y a otras condiciones que finalmente son autoadscripciones que reporta cada quien.
En el caso indígena, se deben acreditar al menos 3 de 14 condiciones, como “ser nativo, pertenecer, hablar lengua, tener cargos, servicios comunitarios”, respecto de comunidades indígenas.
El caso del vendedor de candidaturas Néstor Camarillo es relevante, porque no se le conoce a ningún vínculo con pueblos originarios.
El documento con el que se acreditó como indígena lo ha desconocido la supuesta autoridad que lo expidió, en la comunidad de El Molinito, en el municipio de Zacapoaxtla.
Movimiento Ciudadano (MC) impugnó precisamente su candidatura.
Muy probablemente, el poblano puede despedirse de su candidatura, si prevalecen los criterios que se aplicaron esas 23 postulaciones de distintos partidos.
Del total, 12 fueron de MC, 7 del Partido del Trabajo, dos de Morena y una de la coalición Sigamos Haciendo Historia.
Todavía ningún candidato o candidata del PRI, PAN, PRD o la alianza opositora.
Eso le agrega morbo al caso de Camarillo.
Porque si el INE quiere demostrar que es parejo, tendrá que cortar cabezas de candidatos y/o candidatas en todos los institutos.
Principalmente, por el tema de haber falseado la condición de indígena.
Con el carácter de cínico que tiene Néstor Camarillo, no sabemos si duerma bien o duerma mal.
Lo que es muy seguro es que está arrepentido de no haber pagado lo justo a su anterior equipo jurídico del PRI, porque lo encabezaban expertos.
Eran abogados con mucha experiencia en el terreno electoral.
Ese equipo bien le está haciendo falta ahora.
Es cuestión de días o de horas para conocer lo que pasará con su candidatura.
En el PRI siempre niegan todo y dicen que no están preocupados.
Lo cierto es que la guillotina está lista y muy afilada.
El Senado, que hoy quisiera ver tan cerca Camarillo, podría estar todavía muy lejos.
Por lo menos con un largo andar ante tribunales electorales.
La telenovela indígena se pone buena.