Tanto a nivel federal como en los estados donde se elegirá presidente de la República y gobernadores, así como senadores, diputados y presidentes municipales, la oposición agrupada en Fuerza y Corazón por México y en las alianzas locales tiene cifradas sus esperanzas de triunfo en un escenario donde se cumplan al menos seis variables clave.
Creen que si esas seis variables se conjugan en el mismo espacio y mismo tiempo, el oficialismo y sus candidatos resultarán derrotados, así sea de forma apretada.
Hasta hoy, la narrativa impuesta por el régimen y la mayoría de las empresas encuestadores indica que la coalición PAN-PRI-PRD poco o nada tiene que hacer frente a Morena y sus aliados; sin embargo, la oposición apuesta a que si se cumplen estos seis puntos, podrían dar la gran sorpresa:
1. Que las fracturas causadas por la selección o imposición de candidatos en Morena se agudicen y se produzca una rebelión de los vencidos que provoque un importante hoyo a su voto duro.
La fuga de morenistas a los partidos de la alianza opositora, que empieza a habilitarlos como sus candidatos a presidencias municipales y diputaciones locales y federales, es un foco rojo, sin duda.
Aquí en el estado de Puebla, por ejemplo, hay casos en donde Morena, PT y el PVEM buscarán la alcaldía por separado, como Acatlán de Osorio.
En otros tantos municipios y distritos los aliados de Morena van a enfrentarse, lo que atomizará el voto, menguará sus posibilidades de victoria y alentará las de los candidatos de la oposición.
2. Que las obvias inconformidades entre las bases de Morena por el arribo de expriistas siga creciendo y se exprese el día de la elección en un voto de castigo a su partido.
Las fuertes declaraciones de la presidenciable Claudia Sheinbaum, el pasado fin de semana en Tehuacán, subrayando que los fundadores de Morena no ganan encuestas, a diferencia de los recién llegados, sacudieron al partido y ciertamente frenaron a varios vulgares ambiciosos, pero no terminaron con la molestia que hay en muchos militantes que fueron ignorados en el reparto de las candidaturas y que pueden jugar las “contras” durante las campañas y la jornada electoral.
3. Que las traiciones y las simulaciones causen más daño de lo que se calcula.
En Puebla, en el caso de la carrera hacia la gubernatura, hay grupos como el que encabeza Ignacio Mier que anhelan la derrota de Alejandro Armenta.
Para los iniciados, no es ningún secreto que el candidato a senador y sus operadores apuestan a un escenario de debacle e incluso expresan que al senador con licencia “no le alcanzará” para vencer al panista Eduardo Rivera.
En su cuarto de guerra hasta hacen chistes y prenden veladoras.
No solo no han superado la derrota en la contienda interna, sino que saben, y muy bien, que si Armenta es el gobernador, las posibilidades de Ignacio Mier de pelear por la gubernatura en 2030, son igual a cero. Alguien le ha dicho que “la siguiente” es la suya, pero siempre y cuando Eduardo Rivera triunfe el 2 de junio.
Se habla incluso de financiamiento subrepticio hacia el panista.
Si bien en público Ignacio Mier ha hablado de unidad y hasta se ha tomado la foto con Armenta, la verdad es que solo disimula.
Ese es uno, pero hay varios “Caballos de Troya” en Morena, listos para clavar el puñal.
4. Que crezca el voto anti Andrés Manuel López Obrador, al tiempo que caiga la aprobación ciudadana del presidente.
Muchas encuestas no están reflejando ni registrando la inconformidad de buena parte de la población por el manejo del Gobierno federal; es decir, hay un voto oculto que puede resultar muy peligroso para Morena, sobre todo si sus candidatos se confían y caen en actitudes de soberbia o piensan que ya ganaron.
A la fecha, la mayoría de las encuestas registra que hay un 30% del electorado que está indeciso y que otro porcentaje importante, que ya tomó una decisión sobre por quién votar, podría cambiar de opinión durante las campañas.
AMLO no estará en la boleta, pero aún así es el principal activo, la principal fortaleza de los candidatos y las candidatas de Morena; si él cae, ellos y ellas también lo harán.
Un reporte del diario El País apunta que los puentes rotos del presidente con la sociedad civil están dificultando la campaña de Claudia Sheinbaum y del resto de candidatos en el país, atenidos así, en todo caso, única y exclusivamente al voto duro de Morena.
5. Que los problemas de inseguridad en el país, ya de por sí graves, se sigan complicando y que el tema, que es el primer gran tema de las campañas y la principal preocupación de los mexicanos, complique el resultado que esperan los candidatos y las candidatas de Morena.
El aumento de homicidios dolosos, desapariciones, ejecuciones y extorsiones, pero sobre todo la falta de una política pública eficaz para detener la escalada de violencia, son una bomba de tiempo para el partido oficial, y eso la oposición va a buscar que le beneficie de una u otra forma.
Y es que el miedo por la inseguridad puede causar que gran parte de los electores opten por el cambio en lugar de por la continuidad de la cuarta transformación.
6. Que el 2 de junio haya una alta participación ciudadana, igual o superior a la de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó con el 53.19% de los votos.
Ese año salió a votar el 63.42% del padrón, una cifra histórica.
Este año, se calcula, podría ir a sufragar hasta el 70%.
Diversos estudiosos y analistas del tema electoral afirman que a mayor participación ciudadana, más voto en contra del oficialismo, lo que no es tan exacto, pues muchas veces así ha sido y otras tantas, no.
La oposición tiene sus expectativas en el voto de los jóvenes y de las mujeres; también en el voto de aquellos y aquellas que acudirán por primera vez a las urnas en su vida.
El exconsejero del INE Ciro Murayama ha dicho que para las elecciones del próximo 2 de junio, el padrón electoral llegará a 98.9 millones de posibles votantes (10 millones más que en 2018).
De este total, alrededor del 15% corresponde a votantes menores de 25 años (15.43 millones).
Además, las mujeres representan el 51.9% del padrón.
Por tanto, es notable que, si todos votaran, los jóvenes y las mujeres podrían ser determinantes e inclinar la balanza.
En el último trimestre de 2023, en las universidades privadas más importantes del país se alentó la credencialización de los jóvenes estudiantes, con el fin de que participen en su primera elección y sufraguen a favor de la oposición.
Incluso se premió, con puntos en sus calificaciones, a muchos de quienes obtuvieron su INE; de ahí la amplia difusión que se ha dado, al menos en redes sociales, al discurso que dictó aquí en Puebla, en el marco del Festival de las Ideas 2024, la diputada española de derecha Cayetana Álvarez de Toledo, quien, además de criticar la estrategia de seguridad de López Obrador, llamó a los jóvenes mexicanos a rebelarse y a convertirse en auténticos militantes de la democracia.
La oposición cree que si los jóvenes despiertan y participan, el triunfo es posible, a pesar de sus propios candidatos y candidatas, que no están haciendo mucho para ganar, aunque esa es otra historia.