Aunque formalmente terminó la confrontación entre los morenistas Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, esa rivalidad sigue encendida y se trasladó a la mesa de negociación de candidaturas –en la Ciudad de México–, en donde ambos están disputando algunos de los espacios de poder que están en juego en el actual proceso electoral. Las postulaciones, en particular de la Sierra Norte, han sido escenario de ese choque.
Tal es el caso de la candidatura por la diputación federal del distrito de Huauchinango, en donde la disputa se ha centrado en dos personajes: Heliodoro Luna Vite, quien fue un efímero secretario de Infraestructura en la gestión del finado exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, y Porfirio Castro Mateos, actual alcalde de Pantepec, quien ya se estuvo dos periodos consecutivos en ese cargo.
Heliodoro Luna Vite cuenta con el respaldo de Ignacio Mier Velazco, el coordinador parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, y Porfirio Castro es parte de los operadores político-electorales de Alejandro Armenta, el candidato de la 4T a la gubernatura de Puebla.
Hasta el fin de semana parecía que Luna Vita no tenía mayor problema en obtener la postulación morenista. Sin embargo, al mediodía del lunes parecía que había sufrido un revés, al correr la versión de que se había decidido que la postulación recaía a favor de Castro Martínez, lo que se interpretó que Armenta había conseguido –de última hora– colocar a un miembro importante de su estructura política.
Por la noche se conoció que volvió a cambiar el escenario y de nueva cuenta, en la mesa de negociación de candidaturas, el nombre de Luna Vite está con más posibilidades de obtener la nominación, ahora por una intervención del diputado Ignacio Mier.
Aunque también se planteó la opción salomónica de que no vaya ninguno de los dos y se encuentre a un tercer aspirante en discordia, que podría ser una mujer.
Para Ignacio Mier Velazco es fundamental ese espacio de la Sierra Norte, pues de eso depende que salve un poco del poder político que había adquirido cuando construyó una enorme estructura política para buscar ganar la candidatura a la gubernatura de Puebla, donde finalmente fue derrotado por su primo y rival, el senador Alejandro Armenta.
De una muy extensa lista de políticos que tenían la certeza de que obtendrían candidaturas a alcaldes y diputados si Mier ganaba la contienda interna de Morena para ser aspirante a la gubernatura, solo unos pocos han sobrevivido y están siendo considerados en la mesa en que se discuten las nominaciones. Entre los que se han palomeado se encuentran Ignacio y Daniela Mier Bañuelos, los hijos del legislador, que están apuntados para buscar otro cargo público en el siguiente trienio.
Otro ejemplo de disputa en la Sierra Norte es lo que está pasando en la lucha por la candidatura a alcalde del municipio de Huauchinango.
La carta fuerte es el empresario Gustavo Vargas, quien ya fue edil de Morena en el trienio de 2018 a 2021 y se ha convertido en el principal crítico del actual alcalde, Rogelio López Angulo, lo que le ha dado un fuerte impulso.
Su problema para obtener la postulación es que apoyó a Ignacio Mier Velazco en el proceso de Morena en el que se eligió al candidato a gobernador. Es decir, jugó del lado equivocado.
La interesante del caso de Huauchinango, es que el rival de Gustavo Vargas es otro exedil de esa plaza: el expanista Gabriel Alvarado Lorenzo, quien fue parte del grupo político del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas y ahora es un converso a la 4T.
Y quien apoya a Gabriel Alvarado es Fernando Manzanilla Prieto, quien hasta hace poco era el principal operador político de Ignacio Mier y ahora está integrado al equipo de Alejandro Armenta. Un claro ejemplo del pragmatismo extremo que está dominando a la 4T en Puebla.