¿A qué le huele que Eduardo Rivera haya negociado una diputación federal por la vía plurinominal para su esposa, previo a su lucha por la gubernatura?
¿Qué mensaje le manda al panismo y a la comunidad votante en general el hecho de haber asegurado una diputación federal para su señora antes de la batalla?
Por dónde se le busque, esto huele a un premio de consolación.
Perder ganando sería una frase hasta benevolente para un acto tan ventajoso y cruel para sus huestes.
¿Se imaginan en la víspera de una gran batalla ver cómo el general se pone un chaleco antibalas mientras que todo su ejército no llega ni a un escudo de triplay?
¿Y aún así pensar que ese general les pida que vayan y se jueguen la vida?
Bueno pues así está el escenario electoral previo al inicio de las campañas en Puebla.
Aquí el único que ya ganó sin empezar la contienda es Lalo Rivera.
Y mientras la familia Rivera Ortiz ya tiene amarrada su diputación, los demás panistas tendrán que lanzarse del avión al vacío, sin paracaídas.
Qué a toda madre… dirían en el barrio.
La cola de Melitón
Poco, muy poco tiempo le duró a Melitón Lozano su extraña valentía política.
El ex secretario de Educación Pública, que tuvo que “resguardarse” tras ser defenestrado por Miguel Barbosa, comenzó la semana con rudeza. En un restaurante de la capital arremetió lo mismo contra Morena, que el Verde, Estefan y lo que se le cruzó en el camino. En su intento por arañar una posición se enfundó en la bandera de su pureza obradorista.
Fue tanto su “valor” que el mismo lunes comenzó a promover una marcha que se realizaría al día siguiente en Izúcar de Matamoros, contra la alcaldesa Irene Olea Torres.
Y aunque la lista de agravios que debe resolver Irene Olea es larga, algo pasó y la marcha que tanto planeó Melitón simplemente se suspendió.
Ahora habrá que esperar, pues se dice que en las próximas horas o días se revelará la lista de aviadores y amigos del ex titular de la SEP que estuvieron de manera irregular en la nómina de la secretaría. La sorpresa incluiría a varias personas que cobraban puntualmente 70 mil pesos mensuales.
Y ya como colofón, la Secretaría de la Función Pública también daría otros datos interesantes, aunque más enfocados al famoso escándalo de los lentes.