La fuerza y las posibilidades de que el priista Jorge Estefan Chidiac logre una candidatura en las izquierdas radica en que ha ofrecido aportar un mínimo de 75 mil votos a la 4T, que surgirían de las urnas en la región de la Mixteca poblana. Para ello, ha propuesto una larga lista de aliados que incluye a alcaldes de diferentes partidos, pero todos aportando sufragios en contra del Prian.
Ese es el “gancho” con el cual el actual coordinador parlamentario de la bancada priista en el Congreso local busca vencer la resistencia que ha surgido, en las bases del movimiento obradorista, a que se concrete su mudanza del PRI a la 4T, como una manera de subsistir políticamente ante la debacle que sufre el tricolor.
Se dice que el argumento principal que habría esgrimido el todavía diputado priista ante la cúpula nacional de la 4T es que, si se quiere alcanzar la meta del llamado “Plan C de la Reforma Electoral”, que consiste en obtener la mayoría calificada en la próxima legislatura federal, es necesario conseguir los votos de territorios que no se han pintado de marrón, el color emblemático de Morena.
Lo que el político poblano –aunque nacido en Oaxaca— está planteando es transformar la Mixteca poblano del rojo priista al marrón morenista, por la vía del Partido Verde Ecologista de México, que es una fuerza política que durante muchos años fue un apéndice del PRI.
Y es que muchos municipios de la Mixteca siguen siendo leales al PRI por encima de todos los cambios políticos en Puebla y el país.
La idea de ese ofrecimiento de 75 mil votos no solamente ha calado en las dirigencias nacionales de los partidos de la coalición Sigamos Haciendo Historia, sino también en el ámbito local.
Aunque las encuestas en general muestran una importante ventaja de Morena y sus aliados en la disputa por la gubernatura, hay regiones del estado, como la Zona Metropolitana de Puebla, en donde la diferencia de la 4T con el Prian es de un digito, lo que plantea una condición de riesgo de que la oposición pueda crecer y pelear el poder político a las izquierdas.
Por eso razón ha brotado la idea, a nivel nacional y local, de que se deben aceptar todas las alianzas posibles con personajes del PRI, del PAN y del PRD que garanticen votos. Sin voltear a mirar las consecuencias políticas que este comportamiento va a generar en un futuro a la 4T.
En Puebla ya se han prendido las “alertas” de que no solamente se trata de ganar las elecciones “de cualquier precio”, pues la entrada a la 4T de personajes como Estefan Chidiac, el empresario José Chedraui Budib y la alcaldesa Guadalupe Vargas Vargas, la hija del cacique Ardelio Vargas Fosado, significa ceder ante los abusos de poder y la política neoliberal que ha buscado erradicar el movimiento obradorista.
El rechazo que ha surgido de importantes liderazgos morenistas a esa idea de otorgar espacios figuras del PRI, ha frenado hasta ahora que se concreten la larga lista de candidaturas que buscan los priistas mutantes, pero todavía no hay garantías de que sea una contención definitiva.
Los “favores” de Estefan
No es una novedad que Jorge Estefan Chidiac busque acomodarse políticamente en la 4T tejiendo una red de intereses con gremios, alcaldes y caciques de la región Mixteca, de donde ha sido en tres ocasiones legislador federal, siendo la primera vez en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León.
A finales de 2021, el movimiento obradorista en todo el país se volcó en conseguir poco más de un millón de firmas necesarias para solicitar la consulta de revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador. El resultado fue extraordinario, ya que se rebasaron las metas en un 103.1 por ciento y se lograron juntar 2 millones 845 mil 634 rúbricas.
En ese escenario destacó Puebla, ya que la meta era tener 139 mil 555 firmas y se acabaron entregando al Instituto Nacional Electoral alrededor de 518 mil rúbricas de apoyo a esa solicitud.
Muchas de esas firmas se consiguieron por la operación política que Jorge Estefan Chidiac realizó, no solo de la Mixteca sino de diferentes partes del estado, que incluyó a ediles priistas y de otras fuerzas políticas, que no son parte del movimiento obradorista.
De igual forma, en diciembre de 2022, se realizó en Puebla la llamada “Marcha en defensa de la 4T”, convocada por el entonces gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
La movilización rebasó las cifras de participantes programados y en mucho se debió, a un fuerte “acarreo” de las regiones Mixteca y Sierra Norte, que son áreas con influencia de Estefan Chidiac.
Para ello se echaron mano de alcaldes del PRI y de organizaciones gremiales que, tradicionalmente eran priistas, como la Confederación de Trabajadores de México.
Todos esos “guiños” de Estefan son los que le han servido para intentar convencer que la 4T lo necesita.