En una violación más a nuestra Carta Magna, el presidente Andrés Manuel pretende hacer una reforma electoral en pleno proceso, algo que la Constitución prohíbe explícitamente.
El pasado viernes AMLO advirtió que en pleno aniversario de la Constitución presentará un paquete de reformas e iniciativas para hacer ajustes mayores a nuestra ley suprema.
Algunas de sus propuestas son meramente electorales, como aquella que obliga a que el aumento al Salario Mínimo sea mayor a la inflación, algo que ya está reglamentado y que se ha cumplido cabalmente.
Quizá el mayor atrevimiento de López Obrador sea su berrinche de reformar las reglas en pleno proceso electoral, pese a que la propia ley impide cambios durante estos meses, justamente para tratar de garantizar una mayor democracia.
Sus venganzas continúan presentes y se harán sentir en la llamada Reforma al Poder Judicial, que desde ahora le puedo adelantar, se tratará de un verdadero despropósito que busque destruir la autonomía del único Poder que le ha frenado sus locuras e inconstitucionalidades.
Y no menos importante, la reforma para hacerse de las Afores, vendiendo el espejo de las pensiones. Será una daga envenenada porque claro, todos queremos contar con una pensión que nos asegure que en nuestra vejez no habremos de preocuparnos para llegar a fin de mes, sin embargo, en un país como el que está construyendo, donde la pirámide poblacional se invierte, además de que se promueve el paternalismo antes que la productividad, difícilmente será viable semejante disparate.
Es sabido que AMLO es un animal político y que sabrá envolver a gran parte de sus seguidores –y a otros– de que el paquete de reformas es lo que se requiere para consolidar la cuarta transformación. Lo que uno se pregunta es por qué si se trata de reformas tan buenas y necesarias no se realizaron a inicio de su administración. ¿Será que eran inviables?
En este delicado escenario, habrá que ver el papel de la oposición, que deberá formar un bloque real si quiere evitar que las estocadas constitucionales alcancen las dos terceras partes que requieren. Y ya de paso, ver cómo resuelve el cabildeo Nacho Mier, quien continúa como líder de la bancada morenista en San Lázaro.
Inyectan fuerza a Xóchitl
Más allá de los burdos intentos de sus malquerientes, con el tema del teleprompter y el presunto vacío en la Arena CDMX, el cierre de precampaña de Xóchitl sorprendió gratamente.
El discurso fue preciso, afinado, certero. No hay duda de que su coalición y proyecto es completamente contrario a lo que promueve la 4T.
La crítica al lopezobradorismo se encuentra perfectamente argumentada y las frases han contado con una comunicación asertiva.
El llamado a los organismos electorales, el INE y el TEPJF, fue más que necesario, en una contienda que desde hace un año ha demostrado que no es pareja y que cuenta con todo el aparato del gobierno federal operando.
Sus malquerientes pueden “gritar” en redes sociales, pero deberían reconocer que su tlatoani no es capaz de seguir un guion y apegarse a él, sea en hoja impresa, en tarjetas o en el teleprompter.