Parafraseando una de las máximas del viejo régimen priista se puede decir que, en Tehuacán, “la caballada está flaca” respecto a los aspirantes de la 4T que buscan ser el próximo candidato a la alcaldía de esta ciudad. La mayoría carecen de liderazgo, popularidad y, sobre todo, de identidad con el obradorismo. Una situación crítica para Morena, pues si esta fuerza política aspira volver a ganar la gubernatura, no puede darse el lujo de perder en la segunda demarcación electoral más importante del estado y donde se percibe que podría haber un fuerte voto de castigo, luego de dos ayuntamientos morenistas que han sido desastrosos.
Hace 48 años, un célebre cacique represor de esa época y en ese tiempo gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, cuando le preguntaron por los aspirantes a suceder al entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, respondió: “Veo los nombres de los que aspiran y opinó que la caballada está muy flaca”, al explicar que no había ninguna figura con suficiente liderazgo para ser ungido por el PRI como contendiente por la titularidad del Poder Ejecutivo federal.
La frase acuñada por Figueroa se volvió de uso común en la política mexicana para señalar que no hay figuras relevantes buscando una candidatura a un cargo de elección popular.
Ahora se puede decir con toda puntualidad que “la caballada está flaca” en Tehuacán si se revisa algunos de los nombres que se anotaron en el proceso interno de Morena. Empezando porque los dos principales contendientes: el actual edil Pedro Tepole Hernández y el empresario refresquero Marco Antonio Balseca Romero, pues ambos dejan mucho que desear.
Pedro Tepole este martes, por fin, reconoció lo que se percibía desde meses atrás, que busca reelegirse como edil de Tehuacán y que lo postule el Partido del Trabajo.
El edil está en su derecho de participar, pero al mismo tiempo es una muestra de que este hombre no sabe percibir el humor político que hay en el municipio que gobierna y que le es totalmente adverso. Mucha gente lo menciona, lo conoce, como: “el alcalde que no resuelve nada”.
A lo largo de sus dos años y un mes que ha estado al frente del gobierno de Tehuacán, el balance general es que nada ha funcionado bien en esa ciudad: el servicio de limpia tuvo su peor crisis de las últimas décadas; fallan los servicios públicos, principalmente los semáforos, el anfiteatro municipal, el antirrábico y el hospital general de la ciudad; la inseguridad se ha desbordado y se cometió un fraude con la compra de patrullas; y no hay proyectos relevantes de obra pública, solo por citar algunas deficiencias de la gestión de Tepole.
El mal gobierno de Tepole genera una condición crítica para Morena, toda vez que ya suman cinco años de crisis con ayuntamientos morenistas, luego de la aventura política del empresario Felipe Patjane Martínez, quien en 2018 ganó la elección de alcalde y rompió con el bipartidismo del PRI y el PAN, pero 13 meses más tarde cayó preso por supuestamente cometer anomalías financieras por 120 millones de pesos. Hasta la fecha sigue en la cárcel.
Otro nombre que ha cobrado notoriedad en las últimas semanas es un personaje conocido en Tehuacán como “el político ausente”. Se trata de Marco Antonio Balseca Romero, un empresario que tiene dos grandes defectos: casi nunca está en el municipio e incluso se ha ido por meses y cada vez que regresa, retoma su proyecto de querer ser candidato de la 4T.
Un segundo defecto de este empresario refresquero es que tiene “un ADN totalmente tricolor”, en el PRI más rancio de Tehuacán.
En los años 1950, su abuelo Mario Balseca fue un duro priista que nunca logró ser presidente municipal, ya que mucha gente le tenía miedo. Dos décadas más tarde, su padre, Antonio Balseca Chávez, fue alcalde priista de esta ciudad, en una época en que en esta región era dominada por férreos cacicazgos.
En 2010, Marco Antonio Balseca Romero fue candidato del PRI a alcalde de Tehuacán y fue derrotado, vapuleado, por el entonces aspirante panista, Eliseo Lezama Prieto, quien ahora podría repetir como abanderado del PAN.
Balseca se pasó a la 4T no por convicción, sino por mera conveniencia de que el PRI en Tehuacán ya no gana ni una elección en una kermés.
Podría haber género femenino para Tehuacán
Un fuerte rumor que se ha esparcido en las últimas semanas es que en Tehuacán la candidatura a la alcaldía podría ser para una mujer y de esa manera, Morena podría cumplir con la paridad de género y postular a un hombre en la capital del estado. Si eso ocurriera, la situación sería más crítica para la 4T en el municipio tehuacanense.
Dos son las mujeres que tendrían más posibilidades de ganar la postulación: la legisladora Araceli Celestino Rosas y la presidenta estatal de Morena, Olga Lucia Romero Garci-Crespo.
Resulta aberrante que se le dé espacio a Araceli Celestino en la 4T, cuando se supone que es un movimiento que surgió para combatir a “la mafia del poder”.
Esta mujer transitó primero en el PRI, luego en el morenovallismo y luego se pasó al Partido del Trabajo, para de esta manera constituir un brutal cacicazgo en el municipio de Coyomeapan, en el corazón de la Sierra Negra. En ese lugar se han cumplido más de dos años de un conflicto poselectoral que no tiene una solución a la vista y fue provocado por la ambición de la familia de la legisladora.
Araceli Celestino fue presidenta municipal de Coyomeapan, luego le sucedió su hermano David y ahora el alcalde es su esposo, Rodolfo García, a quien los pobladores de esa comunidad no dejan entrar al pueblo. La familia lleva casi 10 años en el poder en esa región y ahora se quiere expandir a Tehuacán, por medio de la 4T.
Olga Lucia Romero Garci-Crespo sería una candidata vulnerable y fácilmente de derrotar. Carece de liderazgo y de talento político. Prueba de ello es que como dirigente de Morena pasa totalmente desapercibida. Ejemplo de esa situación: nunca pudo hacer el más mínimo pronunciamiento sobre la elección de Alejandro Armenta Mier como candidato de la 4T a gobernador del estado de Puebla.
Desde que llegó al cargo de presidente de Morena, hace más de un año, se ha destacado por huir de los reflectores públicos. No le gusta acercarse a la prensa. En mucho porque se niega a hablar de los conflictos jurídicos que enfrenta por la disputa de la herencia de Socorro Romero, la empresaria que construyó un imperio avícola en Tehuacán.
Por eso no es exagerado decir: no solo está “flaca la caballada” de la 4T en Tehuacán, sino está para llorar.