La histórica victoria de Argentina sobre Brasil en el estadio Maracaná, correspondiente a las eliminatorias para el Mundial 2026, se ve empañada por la violencia y la represión a los argentinos en las tribunas. Lionel Messi, capitán de la albiceleste, condenó enérgicamente estos hechos a través de su cuenta de Instagram, afirmando que la victoria quedará marcada por la represión.
El encuentro entre Argentina y Brasil se vio afectado por enfrentamientos entre aficionados de ambos equipos antes del inicio del partido. La intervención de la Policía brasileña para contener la violencia generó indignación entre los argentinos, llevando a Messi a liderar la retirada de su equipo del terreno de juego. La violencia en las tribunas retrasó el inicio del partido en 30 minutos.
Messi expresó su preocupación por la seguridad de los fanáticos y la represión sufrida, destacando que, en ese momento, el partido pasó a un segundo plano. La actuación de la Policía y la necesidad de resguardar a los espectadores motivaron la retirada temporal de la selección argentina a los vestidores.
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Este incidente se produce apenas unas semanas después de actos de violencia y racismo durante la final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y un equipo brasileño, donde varios argentinos fueron arrestados. La situación actual deja en evidencia la tensión y la falta de seguridad en los eventos deportivos en Brasil.
A pesar de la victoria histórica de Argentina en el Maracaná, la represión y la violencia en las tribunas plantean preguntas sobre la seguridad en los estadios y la capacidad de las autoridades para garantizar un ambiente seguro para los espectadores y los equipos visitantes. La condena de Messi resalta la importancia de abordar estos problemas para preservar la integridad y el espíritu deportivo en el fútbol sudamericano.