Los números no mienten, sí, es un lugar común, pero real. El PRI está en el suelo a punto de pasar al inframundo. La elección extraordinaria dejó al tricolor, que encabeza Néstor Camarillo con solo 873 votos.
Y sí, sé que hemos hablado mucho de la debacle del partidazo, pero es que esta vez puedo decir con certeza que está a punto de desaparecer y que el último aliento lo aprovecharon “Alito” Moreno y su mal logrado pupilo poblano, ese que a la menor provocación repite “fuerte y claro” en sus discursos.
Me explico.
Este domingo 23 de marzo se celebraron las elecciones extraordinarias en cuatro municipios de Puebla: Venustiano Carranza, Ayotoxco, Xiutetelco y Chignahuapan.
Ahora las señales que todos vimos, menos Néstor Camarillo.
El PRI y Acción Nacional decidieron no ir en alianza, en realidad la decisión la tomó el PAN y Mario Riestra explicó que fue un tema nacional. Aún así, pudo convencer a Néstor Camarillo de hacer una coalición de facto. (primera señal que el priista no vio)
Entonces, el PAN postuló a Marco Valencia para repetir por Venustiano Carranza, pero en la pasada elección era candidato del tricolor. ¿Por qué aceptó el PRI hacer ese cambio si era el único que podía ganar?
No sé… (ahí estaba la segunda señal)
Según lo que contó el mismo Camarillo hoy en rueda de prensa, él aceptó entonces postular al panista Mario Olvera en Chignahuapan. Todos sabíamos que la disputa en este municipio estaba entre Movimiento Ciudadano y Morena. (tercera señal)
Cinco días antes de la elección, Mario Olvera renuncia a la contienda y aunque alude que fue amenazado, aparece en la foto junto al candidato de Morena, Juan Rivera, y pide el “voto útil” a su favor. Camarillo dice que ni sabía de esta decisión, pero la condena y el PAN lanza un comunicado solo para condenar la violencia, Riestra no hace un solo pronunciamiento en lo personal. (cuarta señal).
Al día siguiente, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla le entregó nada más y nada menos una carta en la que dice que la familia Valencia fue “víctima de violaciones de derechos humanos”. (quinta señal)
Esa carta le sirve hoy a Mario Riestra para que, cuando lo cuestionen por haber ganado con una familia ligada al crimen y diga “no, ellos no son delincuentes, fueron perseguidos políticos y aquí está mi constancia”.
Con todas esas señales. Temprano el domingo de la elección, Néstor Camarillo posó en una foto junto a Marco Valencia augurando el triunfo. Y eso que ya se había bajado su candidato en Chignahuapan.
¿Qué pasó entonces?
A ver yo no dudo que se hayan chamaqueado a Camarillo, no por lo que pudiera aportarles el PRI sino para tenerlo en paz. Tampoco me parece listo, pero es que hay que estar ciego (o enamorado) para ignorar todas las señales que les he enunciado.
Dos, hay que ver los resultados del tricolor, obtener solo el 1.3% de los votos de una elección extraordinaria que en términos de números fueron 873 es una verdadera vergüenza.
Por eso Riestra le contesta que culpándolo de traición solo intenta desviar la atención de la nula capacidad de convocatoria y operación que tiene el PRI en Puebla.
Mañana, Néstor Camarillo irá a la dirigencia nacional del PRI y espetará un muy condolido:
¡Nos traicionaron!
@lasnoticiasenunminuto El #PRI está hundido en #Puebla solo con 800 votos en la elección extraordinaria #Pan #eleccion