Los diferentes adversarios políticos ya decidieron adelantar el 2024 a este 2021, sabedores de que es mucho lo que va a estar en juego en la próxima elección a celebrarse el 6 de junio, sobre todo en el ámbito local.
De entrada, los enemigos del mandatario estatal buscan, a toda costa, el evitar que Gabriel Biestro se convierta en el candidato de Morena a la alcaldía y ha decidido cerrar filas, en torno al senador de la República, Alejandro Armenta Mier, a quien convencieron de que es necesario que este en la boleta este 6 de junio, como candidato de Morena a la alcaldía de Puebla.
Esto debido a que fracasaron en la intentona de evitar que Eduardo Rivera Pérez se convirtiera en el abanderado de Acción Nacional a la alcaldía de Puebla, lo que modifica el escenario que originalmente habían diseñado. Me explicó.
Los adversarios del gobernador esperaban bloquear el arribo de Eduardo Rivera a la candidatura de Acción Nacional a la alcaldía, sabedores de que Lalo tiene amplias posibilidades de ganar la elección y de ser así, convertirse en el 2024 en el aspirante más fuerte a la gubernatura de Puebla. Algo que ya comente en una pasada entrega titulada, “Lalo y Biestro líneas paralelas”, publicado en este mismo espacio el pasado 1 de diciembre.
Luego de fracasar en la intentona de apoderarse del PAN y de bloquear a Lalo, ahora los adversarios de Barbosa intentan frenar a su candidato a la alcaldía, Gabriel Biestro, para que no alcance la designación, sabedores de que si el líder del Congreso local obtiene la nominación ellos estarán “fritos” y sin ninguna posibilidad de mermar al gobernador.
El plan original era colocar a un personaje a fin a sus intereses dentro el panismo, para encabezar la candidatura a la alcaldía, como Genoveva Huerta u Oswaldo Jiménez para que contendieran contra la actual presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco, con quien mantienen buena interlocución, a través de los operadores de la edil capitalina.
Si ganaban, Genoveva u Oswaldo, ganaban ellos, si ganaba Claudia, la guerra en contra de la edil capitalina se prorrogaría hasta el 2024, pero al imponerse Lalo Rivera, las cosas cambiaron diametralmente.
Bajo la premisa de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, los adversarios del gobernador Barbosa han decido cerrar filas en torno al senador Alejandro Armenta, el único que le puede competir a Eduardo Rivera.
Esta jugada ya se veía venir, luego del encontronazo entre el senador de la República y el gobernador Barbosa, por la designación del magistrado del Tribunal Electoral local, Freddy Erazo, el cual fue impugnado y bajado de la posición por parte del TRIFE.
Luego de esto, Armenta anunció que estudiaría ir a la contienda interna de su partido, Morena, por la candidatura a la alcaldía de Puebla, algo que comente en el pasado 10 de enero en este mismo espacio bajo el título del “Factor Armenta”.
Los adversarios políticos del gobernador Barbosa abandonaron el plan original y decidieron cerrar fila en torno a Armenta, quien se apresta a ir a la contienda del 6 de junio, como representante del grupo contrario al mandatario estatal.
Paradójicamente, los adversarios del gobernador fortalecieron la designación de Eduardo Rivera como candidato de Acción Nacional al cerrar filas con Armenta, ya que Eduardo, quien es amigo personal de Alejandro, es el único que puede competir en contra del legislador federal y ex priista. Cierren las puertas señores.
Genoveva como San Pedro. La presidenta estatal del PAN, Genoveva Huerta, goza de sus cinco minutos de pataleo, luego de que quedó claro en la reunión sostenida con la dirigencia nacional de su partido, que el candidato a la alcaldía será Eduardo Rivera Pérez y que lo único que queda por negociar es la integración de la planilla de regidores y Síndico municipal que acompañará a Lalo, así como los candidatos a las 7 diputaciones locales por la capital, en donde una será para el PRI e incluso ya tiene dueño en la persona de Víctor Manuel Giorgana Jiménez.
Pero de regreso a nuestro tema principal, lo que resulta lamentable es la actitud que asumió Huerta ante Marko Cortés, en lo referente a sus propuestas, para ocupar el lugar de Eduardo Rivera en caso de que no haya un acuerdo con el ex edil capitalino.
A la pregunta directa de Cortés y Armando Tejeda sobre si Huerta tenía otras propuestas diferentes a Rivera, la líder estatal del PAN, cual San Pedro, negó tres veces a sus aliados.
Testigo de esto fue el sobrino de Gali, Oswaldo Jiménez, quien acompañó a Huerta a la reunión.
A la pregunta ¿Genoveva tienes otras opciones? Huerta contestó una y otra vez que no.
Lo más lamentable es que Genoveva Huerta fue quien placeo y trató de convencer por todos los medios al empresario José Chedraui, para manejarlo como el plan B, en caso de que Eduardo no aceptase la imposición de su planilla.
Lo mismo hizo Huerta con otros personajes como Luis Paredes, Marcelo García Almaguer y el propio sobrino de Gali, Oswaldo.
Cuenta la leyenda que a la tercera vez que Huerta negó tener un plan B, allá a lo lejos, se oyó cantar a un gallo.
Enrique Rivera, un impresentable. Quien busca colarse dentro de la lista de candidatos del PRI a diputados federales o de a “perdis” locales, es el impresentable, ex presidente municipal de Chignahuapan, Enrique Rivera, ahijado político, faltaba más de otro impresentable, Juan Carlos Lastiri Quirós, quien debería de estar recluido en un penal, luego de su participación como subsecretario federal en Sedesol y Sedatu como parte de la estafa maestra.
Al “angelito” de Juan Enrique Rivera, la Auditoría del Estado le observó desviación de recursos por más de 500 millones de pesos, un verdadero “pájaro de cuentas”.
El propio Lastiri ha dejado correr la versión que el arreglará el problema de las cuentas públicas de Rivera, ya que es amigo del auditor superior con quien se ha dejado ver en comidas. ¿Será?
Muy mal mensaje mandará el priismo y la alianza integrada por el PAN y el PRD, si dejan pasar a un tipo con estos antecedentes. El tricolor demostrará que no cambia y ni está dispuesto a cambiar.