Una familia estuvo a punto de vivir una tragedia en el Parque Fundidora de Monterrey, Nuevo León, cuando uno de sus integrantes, un niño seis años, cayó de una tirolesa, desde una altura de 12 metros, al romperse el arnés que lo ssotenía.
Los hechos ocurrieron ayer, domingo, cuando la familia acudió al Parque Fundidora para vivir un día de diversión, sin saber lo que le esperaba. Una vez en el interior del parque, se dirigieron a la zona llamada Expedición Amazonia.
Allí, compraron los boletos para hacer uso de la tirolesa y momentos después, ocurrió el desagradable incidente: la bandola de seguridad del arnés se rompió y César cayó a un lago que tiene una profundidad de entre 6 y 7 metros.
Como si el susto fuera poco, la angustia de la familia se incrementó cuando vio al personal de la atracción pasmado, sin saber cómo reaccionar y sin saber nadar, lo que denota una nula o, cuando menos, deficiente capacitación y selección del personal del parque.
Afortunadamente, uno de los miembros de la familia sí sabía nadar y, al darse cuenta de la caída de César, se metió al lago y logró rescatarlo. Más tarde, arribó personal de Protección Civil del estado y atendió al niño, quien resultó sin lesiones y en buen estado de salud.
El personal de Protección Civil suspendió inmediatamente la atracción y la dependencia informó que acudiría este lunes por la mañana para llevar a cabo una inspección y elaborar un diagnóstico de las condiciones del lugar, así como de la seguridad para los visitantes.