Según la RAE, digitalizar se refiere a registrar datos de manera digital. Y cómo no amar el entorno virtual si facilita la vida. Estamos a un solo clic de comprar esa prenda innecesaria, pagar nuestros servicios, transferir nuestro dinero, vaya, podríamos morir sentados porque caminar y hacer filas se está volviendo obsoleto, a menos que pienses en tu salud, condición física y sanidad mental, pero quién quiere eso cuando tiene un celular atascado de aplicaciones que te pueden entretener y así ya no tienes que soportar ni a tu familia, amigos o compañeros del trabajo. Cómodo, sí, preocupante, también. Digitalización.
El entorno digital y sus problemas
Hablo de preocupación porque en realidad el entorno digital es un vasto universo aún inexplorado. Conforme seguimos en él, lo vamos conociendo, pero es importante saber que existen varias cosas que no sabemos cómo manejar y lo importante es documentarnos y estar bastante atentos a nuestro alrededor.
Por ejemplo, no hace mucho fui víctima de un fraude debido al hackeo de WhatsApp —y a mi ingenuidad y falta de atención, por no decir una palabrota que empieza con p y termina ez—. Un “amigo cercano” requería un préstamo de urgencia a tempranas horas del día y yo, como hay confianza, caí porque utilizó el mensaje me pareció muy familiar -luego lo analicé con detenimiento y realmente eran palabras comunes las que mi mente le atribuyó, como quien dice: “no me fije en los detalles”, al menos con mala ortografía no me escribió, y, por querer apoyar, terminé perdiendo.
Por fortuna, no le transferí todo lo que me pedía, porque no lo tenía, había hecho unos pagos el día anterior y eso me salvó. Pero lana es lana y, aunque no fue un dineral, perdí ese dinero.
A mi pobre amigo WhatsApp tardó en darle respuesta; le dijeron que esperara al menos una semana, mientras los HDLCH seguían escribiéndole a sus contactos, a mí, tuvieron el descaro, de volverme a escribir para ver “si no podía acompletar la cantidad solicitada en un inicio”, obviamente, les mandé un audio con un mensaje nada amigable y les pedí me saludaran a su madrecita. Pero esto me llevó a reflexionar sobre el tema del hackeo en WhatsApp, que no es hasta que acontece este tipo de amargas situaciones, uno se pone más alerta con la seguridad de sus aplicaciones, y ante la respuesta tardía de la marca, tampoco contamos con las autoridades quienes aseguran que no pueden castigar ese tipo de fraudes, pues “tecnicamente no te obligaron a nada”, así que estás solo contra el mundo, por ello, es mejor prevenir. Se dice que este fraude es posible solo con tu buzón de voz, de donde los HDLCH obtienen el número.
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Dependencia digital
Lo mismo pasa cuando nos roban o perdemos el celular —situación que no le deseo a nadie—, pues este aparatito se ha vuelto todo para nosotros. Alberga nuestras cuentas de banco, documentos, fotografías y demás cosas que cómo duele perder, pero no solo eso, si tú, por comodidad, tienes tu huella digital en las aplicaciones bancarias y conforme pasa el tiempo, olvidas las contraseñas, créeme que será un problemón cuando pierdas o te roben el celular, ya que no podrás acceder a esas aplicaciones, que uno revisa frecuentemente por tratarse de tu dinero y de las transacciones que se realizan a menudo. Por lo que una acción preventiva, como guardar las contraseñas en un lugar seguro, ya sea físico o digital, es recomendable.
Mi último ejemplo es uno que, aparentemente, ya tuvo solución hace dos años. La filtración en la red de fotografías íntimas de muchas mujeres, un suceso que no era castigado y causaba estragos en la vida de la víctima como bullying. Esta situación digital también fue un problema que nos tardamos en combatir y no fue hasta que la cantidad de personas agraviadas superó los límites y la presión de los colectivos feministas lograron que las autoridades hicieran algo al respecto.
En conclusión
No digo que la digitalización sea mala, al contrario, es muy conveniente —tanto que a veces me da miedo, miedo porque “no todo lo que brilla es oro—, a lo que voy es a que estemos atentos e investiguemos antes de dar el paso, leamos las letras chiquitas de todas las aplicaciones y caigamos en cuenta de que las redes, las aplicaciones y en general la red es un gran apoyo sí, para los aspectos financieros, académicos, interactivos o de comunicación, de entretenimiento, así como para exigir justicia o de unidad social, pero también puede representar un enorme abismo en el que, si das un paso en falso, caerás. En mi humilde opinión, hay que ir siempre adelante de la tecnología que tenemos a nuestro alcance, utilicémosla cuidadosamente y no dejemos que sea al revés.