Mientras en la Sierra Norte de Puebla se vive una tragedia que lleva hasta el momento como saldo la muerte de 15 personas y siete más desaparecidas, en otras partes del estado los ediles –no todos– siguen demostrando que son unos interesados y unos buenos para nada.
Y dígame, usted, si no, pues muchos de ellos prefirieron “preocuparse” y sorprenderse de las afectaciones que dejaron las tormentas Jerry y Raymond desde la comodidad de sus hogares, que hacer algo verdaderamente valioso para ayudar a los afectados.
Ya ni siquiera pensar que se trasladarían a la zona del desastre, sino por lo menos hacer ver que existió preocupación de su parte ante las intensas lluvias que azotaron la Sierra de Puebla.
Sin embargo, el mejor ejemplo de la apatía, la vileza, la arrogancia y el maldito interés de muchos de los ediles que “gobiernan” el estado es el papel que ha jugado el presidente municipal de Morena en Huauchinango, Rogelio López Angulo.
El inútil funcionario es la mejor prueba de cómo algunos servidores públicos sólo se dedican a nadar de muertito y aparentar acciones en beneficio de los poblanos, que en verdaderamente trabajar para ayudar a la gente.
Hay muchos otros ejemplos de ediles que son iguales o hasta peores que Rogelio López, a quien la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reprendió por no haber prevenido la desgracia en la Sierra de Puebla, ni mucho menos ayudar a quien más lo necesita.
Allí está el caso de Guadalupe Cuautle Torres, edil panista de San Andrés Cholula, quien se la ha pasado toda su administración quejándose de que no cuenta con apoyo del Gobierno del estado en varios rubros como seguridad y obra pública.
¿Habrá olvidado que fue ella misma quien rechazó el apoyo de la Secretaría de Marina para reforzar la seguridad en su región?
Y es que Lupe Cuautle critica y reclama una ayuda que se le brindó abiertamente, pero calla cuando alguien le recuerda que rechazó el apoyo de las Fuerzas Armadas por meros intereses partidistas.
Buena debería estar para aclararle a los cholultecas por qué la nómina de San Andrés está atiborrada de parientes, amigos y compadres, quienes en muchos de los casos lo único que hacen es cobrar sin trabajar.
Con razón sus achichincles, junto con los de su marido, Edmundo Tlatehui Percino, se sienten con el derecho de pasar por encima de los intereses del resto de los habitantes de su municipio.
Un ejemplo de ello es ni más ni menos que David Solís Tolama, quien por sus pantalones y porque se siente tocado por los dioses, además que presume ser asesor de Lupe Cuautle y su marido, amplió su propiedad para extenderse a sus anchas violando las leyes federales, estatales y municipales.
Recordemos que al todopoderoso amigo de los dueños de San Andrés Cholula se le dio la gana construir una barda encima de un canal y colocar una reja, tipo compuerta, para evitar que su propiedad se llenara de agua y de basura cuando llueve intensamente.
Esto provocó que esa zona federal se convirtiera en un dique, o en una especie de represa, la cual ahora genera severas inundaciones a los vecinos de la zona en esta fuerte temporada de lluvias.
Y al tal David Solís nadie le dice nada, ni nadie lo mete en cintura porque presume ser cercano a Lupe Cuautle y Mundo Tlatehui.
Otro caso de una edil a la que le importa poco la tragedia en la Sierra Norte de Puebla es el de Beatriz Sánchez Galindo, la mandamás de Zacatlán de las Manzanas, donde el verdadero titiritero es su marido, José Luis Márquez Martínez, quien aseguran ya negoció la próxima elección para renovar al Ayuntamiento.
Porque se dice que en Zacatlán quien realmente decide las cosas es el famoso Pepe Márquez, quien ya acordó con su compadre Juan Carlos Lastiri Quirós dejarle la presidencia municipal a su hijo, Juan Carlos Lastiri Yamal.
El detalle aquí es que el Jr. de los Lastiri es ni más ni menos que el síndico de Bety Sánchez, quien ya tiene la indicación de su marido de cederle en 2027 las riendas del gobierno de Zacatlán al cachorro de su compadre, faltaba más.
¡Esos sí son compadres y no chingaderas!
¿A poco no?
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