Es una realidad que en los hospitales y clínicas del programa IMSS Bienestar hay un fuerte malestar del personal por la carencia de fármacos, de médicos e insumos. Pero también es cierto que hay intereses políticos y económicos atrás de las recientes protestas que hubo por las penurias que hay en el sistema de salud pública de Puebla, que no es otra cosa que la disputa por el control de las nóminas y los beneficios laborales de los 19 mil trabajadores de este gremio.
O visto de otra manera, es la lucha de Julio Alfredo García, el secretario general de la Sección 25 de Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (Sntsa), de no perder la influencia que tiene para mover la nómina, el otorgamiento de bases y manipular el escalafón del personal de este sector.
Y en ese afán de influir en el manejo de los recursos humanos y financieros de las clínicas y hospitales públicos de Puebla, parece que el líder sindical tiene una alianza con importantes operadores electorales de Morena que, no hace mucho, ayudaron al dirigente gremial a ganar su segundo periodo al frente del sindicato.
Julio Alfredo García –que está buscando su tercer mandato al frente del Sntsa en unos comicios que habrá en 2026– tiene una disputa personal con Gerónimo Lara Gálvez, el coordinador en Puebla de la estructura IMSS Bienestar, el cual es el programa que, desde finales del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha centralizado en la Federación el control de las nóminas de los trabajadores de salud.
Sin embargo, todavía hay un importante margen de manejo de recursos humanos y económicos a nivel local.
El secretario general del Sntsa se ha fijado como meta, como una obsesión personal, el buscar destituir a Gerónimo Lara Gálvez y después de ello, influir para que ese cargo sea asumido por un funcionario que sea afín a los intereses del líder gremial.
No es exagerado ese planteamiento, ya que en dos ocasiones Julio Alfredo García ha realizado la misma operación en los últimos tres años.
Durante la gestión del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta se nombró a la doctora Hilda Vázquez Sánchez como titular de la Dirección de Operación de Personal de la Secretaría de Salud del estado de Puebla.
La llegada a esta mujer se debía a dos factores: era fundadora de Morena en la entidad y era muy cercana al entonces mandatario.
Hilda Vázquez Sánchez, por órdenes directas de Luis Miguel Barbosa Huerta, estableció criterios de respeto a los escalafones para el otorgamiento de bases y ascensos, situación que incomodó a Julio Alfredo García, quien varias veces pidió la cabeza de la funcionaria, pero en el Poder Ejecutivo le advirtieron que eso era imposible.
Luego de la muerte de Luis Miguel Barbosa, en el año 2023, el sindicato se movilizó con fuertes protestas contra el Poder Ejecutivo y logró la caída de Hilda Vázquez Sánchez, durante el mandato del gobernador interino Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
No solamente se logró la remoción de Hilda Vázquez, sino se permitió que el sindicato propusiera a la siguiente titular de esa dirección.
De tal manera que, con la ayuda de Julio Alfredo García, llegó a ese cargo Merari Hernández, con el propósito de que la nueva funcionaria se ciñera a los intereses del dirigente gremial.
Con el paso de los meses, sobre todo desde los inicios del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, periodo en que se fortaleció la autoridad de los coordinadores estatales del programa IMSS Bienestar, Merari Hernández se empezó a alejar de las órdenes de los miembros de la cúpula de la Sección 25 del SNTSS.
Tal situación se acrecentó a raíz de que en el último día de noviembre de 2023 fue nombrado Gerónimo Lara Gálvez coordinador del programa IMSS Bienestar para el estado de Puebla, luego de que se había desempeñado como subsecretario de Salud en el estado.
Pero fue hasta finales de 2024, en que Lara Gálvez tomó todas las riendas del movimiento de personal de clínicas y hospitales, lo que enfureció a Julio Alfredo García.
Luego de haber puesto a Merari Hernández en la Dirección de Operación de Personal, el sindicato logró su destitución hace un par de semanas, al movilizar a más de 2 mil trabajadores que protestaron contra las carencias hospitalarias y el incumplimiento en el otorgamiento de bases a todo el personal de los hospitales públicos de Puebla.
Fue una manera de llamar la atención e intentar debilitar la autoridad de Gerónimo Lara como encargado del programa IMSS Bienestar, que es la apuesta de la 4T para modernizar la red hospitalaria del país.
Ahora, en las mesas de negociación que hay entre el SNTSS, el Gobierno del estado y el programa IMSS Bienestar para resolver la falta de otorgamiento de bases a todos los trabajadores del sector salud, se sabe que el Sntsa está exigiendo proponer al nuevo titular de la Dirección de Operación de Personal.
¿Por qué hay tanta insistencia de Julio Alfredo García de influir en ese nombramiento? La respuesta es clara: en esa dirección se controla las altas de nuevos trabajadores en las nóminas del sector salud; así como el otorgamiento de bases a los médicos y enfermeras; además de que ahí se deciden los ascensos mediante la aplicación del escalafón.
En el estado de Puebla hay 19 mil 700 trabajadores del sector salud. De ellos, 7 mil 200 laboran bajo contratos, y el resto, unos 12 mil 500, son formalizados, regularizados y de oficinas centrales de la Secretaría de Salud. Por eso hay dos nóminas, en donde los salarios oscilan entre el nivel más bajo, que es de 3 mil pesos al mes –para algunos intendentes– y hasta los 70 mil pesos, para los médicos de mayor categoría y antigüedad.
Entre el morenovallismo y la 4T
Julio Alfredo García ganó primera vez la dirigencia de la Sección 25 del Sntsa en el año 2010 y entonces, durante los siguientes años, si algo le destacó fue su silencio cómplice frente a las carencias que había de personal y medicamentos en los hospitales de la Secretaría de Salud.
Fue un dirigente apegado a los intereses del entonces gobierno panista de Rafael Moreno Valle Rosas.
En 2022 decidió regresar a la dirigencia del gremio y lo consiguió con un triunfo muy apretado, ya que muchos trabajadores lo rechazaban por haber permitido muchos abusos laborales contra las bases por parte del morenovallismo, que se destacó por perseguir a médicos y enfermeras que denunciaban las deficiencias en los nosocomios.
Muestra de ellos es que en esa época se desapareció al Sindicato del Hospital para el Niño Poblano.
En los comicios de ese año, Julio Alfredo García obtuvo mil 885 votos, mediante la planilla Círculo Rojo, que apenas pudo superar por 40 sufragios a su rival más cercano, que fue Malcom Ramírez Martínez, quien fue dirigente del Sntsa durante el sexenio del exgobernador Mario Marín Torres.
Un factor importante para que Julio Alfredo García ganara su segunda elección es que operaron a su favor Andrés Villegas, actual diputado local de Morena y exsubsecretario de Gobernación durante el mandato de Luis Miguel Huerta, así como Jorge Mota, quien fue secretario de Finanzas del partido Regeneración Nacional a nivel estatal.
Villegas y Mota ayudaron a Julio Alfredo García para que trabajadores identificados con la 4T votaran por él.
Y ahora se percibe que ambos personajes, Mota y Villegas, estarían asesorando a Julio Alfredo García en “su guerra intestina” contra Gerónimo Lara.
El dirigente gremial sabe que, para ganar un tercer periodo sindical, es fundamental que vuelva a controlar la Dirección de Operación de Personal del sector salud.