Aunque legalmente podrían hacerlo en la elección intermedia de 2027, diputados locales y federales, así como alcaldes afines a la cuarta transformación (4T), pero sobre todo los de Morena, desobedecerán una instrucción directa de la presidenta Claudia Sheinbaum si se postulan para la reelección. ¿Se van a aventar ese problema encima? ¿Quién va a jugarle al hijo desobediente en Puebla y en el país?
En febrero pasado, el Congreso de la Unión avaló una reforma constitucional que prohíbe la relección inmediata –legislativa y de presidentes municipales– y el nepotismo electoral.
Sin embargo, la misma mayoría que lo aprobó en las dos cámaras, también definió aplazar su entrada en vigor hasta 2030.
Es decir, la última oportunidad legal es reelegirse en este 2027.
Sin embargo, la presidenta fue muy clara desde el 5 de febrero de este año, cuando en la ceremonia de Querétaro, por la promulgación de la Constitución, anunció la iniciativa.
“No se trata de llegar por llegar (al poder)”, ha dicho.
Ella pretendía la aplicación inmediata de la reforma para 2027, pero los líderes parlamentarios le jugaron las contras.
Grave error.
Sheinbaum después ha reiterado en varias ocasiones que moralmente no podrán hacerlo los legisladores y alcaldes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
La instrucción va con copia a las dirigencias del Partido del Trabajo (PT) y del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), sus aliados o rémoras, según se quiera ver.
Sin embargo, obviamente solo la dirigencia de Morena la ha respaldado.
En este escenario, hay quien ha encontrado en el trapecismo partidista una vía para saltarse la orden presidencial.
El ejemplo más claro y más reciente está en Zacatecas, en donde otra vez un Monreal Ávila pretende llegar a la gubernatura.
Sería el tercero en la historia, luego de que Ricardo Monreal fue el primero en 1998.
Pero además y es lo grave, esta vez sería consecutivo: actualmente David Monreal Ávila es el mandatario zacatecano y pretende heredar el cargo su carnal Saúl.
Pero hay un asunto: la dirigencia de Morena no quiere meterse en problemas con la presidenta y lo ha vetado, de facto, para la candidatura en 2027.
El problema no termina ahí, sino que ahí comienza.
Saúl, actualmente senador, pretende dejar, o simular que deja a Morena, para ser postulado por el PT.
En el juego de alianzas, ahora sería cosa de que el PT se imponga en la mesa de las negociaciones y pida para sí la candidatura en Zacatecas.
En ese caso, se trata de nepotismo.
Vil nepotismo.
La misma trampa que pretenden aplicar los Monreal, hay quien la quiere operar para la reelección.
¡Y en Puebla!
Hay que recordar que el PT y su dirigente eterno, Alberto Anaya Gutiérrez, quien ha sido una de las personas favoritas del expresidente Andrés Manuel López Obrador, ahora es visto con malos ojos en Palacio Nacional.
El PT, vale la pena hacer la retrospectiva, no solamente no apoyó a Sheinbaum en la interna por la candidatura presidencial, sino que la ninguneó.
Bueno, Anaya la ninguneó.
De ahí que el enfrentamiento PT-Sheinbaum prevalezca.
En Puebla, la dirigente petista, la senadora Liz Sánchez García, ha anunciado que sus alcaldes y legisladores sí pueden buscar la reelección.
Pero además, le ha abierto las puertas a los morenistas que quieran sumarse al PT, para reeditar la “trampa Monreal”, en Puebla, y saltarse la instrucción presidencial y de su partido.
Traducido: el PT poblano le va a jugar las contras a la presidenta y al gobernador, en este tema.
La “trampa Monreal”, en Puebla debe ser bautizada como la “trampa Liz Sánchez”.
¿Ya midieron bien los petistas y los morenistas que pretendan saltar a ese partido el costo político y electoral?
Es mera duda.