Más de 1.2 millones de mujeres afromexicanas padecen algún tipo de violencia múltiple, incluyendo violencia sexual, obstétrica, escolar o familiar, denunciaron diversas organizaciones civiles ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de las Naciones Unidas, durante su 91ª reunión en Ginebra, Suiza.
De acuerdo con la investigación Mujeres Afromexicanas frente a las Violencias Múltiples, elaborada por las organizaciones Muafro, Mano Amiga de la Costa Chica y Afropoderosas, el 98.5% de las afromexicanas ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
Además, el 56.7% ha sido víctima de violencia sexual y el 51.3% ha recibido comentarios ofensivos por su origen étnico, reveló Belén del Carmen Ramírez Lezma, representante de la Colectiva de Mujeres Afromexicanas en Movimiento (Muafro), al tomar la palabra ante la CEDAW.
Belén del Carmen Ramírez Lezma, representante de la Colectiva de Mujeres Afromexicanas en Movimiento (Muafro). Foto: Especial
Ramírez Lezma solicitó a este comité de la ONU la elaboración de una Recomendación General específica sobre mujeres afrodescendientes, que visibilice las violencias estructurales, el racismo y las opresiones que enfrentan en América Latina y el Caribe. “Es fundamental crear acciones específicas dirigidas a juventudes indígenas y afromexicanas, puesto que somos el sector etario en el que se recrudecen las violencias y desigualdades”, advirtió.
Entre las principales demandas y propuestas presentadas por las activistas afromexicanas ante organismos internacionales y el Estado mexicano destacan:
- Inclusión de las mujeres afromexicanas en las encuestas nacionales sobre violencia, como la Endireh.
- Políticas públicas con enfoque étnico-racial, especialmente en territorios rurales.
- Presupuesto público asignado específicamente a programas de salud mental, educación, justicia y comunicación culturalmente pertinentes.
- Campañas nacionales contra estereotipos, como la hipersexualización de los cuerpos de mujeres negras.
- Acciones para erradicar el matrimonio forzado de niñas.
- Creación de espacios institucionales y representativos propios para la población afromexicana.
Asimismo, pidieron garantizar servicios de salud de calidad sin discriminación, especialmente en el combate a la violencia obstétrica, que afecta de manera desproporcionada a esta población.
La participación de estas organizaciones en la CEDAW adquiere mayor relevancia tras el paso del huracán Erick por las costas de Oaxaca y Guerrero. Las comunidades afromexicanas fueron de las más afectadas por el fenómeno, lo que evidencia –según las denunciantes– el impacto del cambio climático y el racismo estructural en sus territorios. En ese contexto, recalcaron que las mujeres son quienes cargan con las consecuencias más severas en las emergencias y desastres.
“Tenemos hoy una oportunidad de construir estrategias culturalmente diferenciadas que tengan un efecto positivo en la garantía de los derechos de las mujeres afromexicanas, especialmente a una vida libre de violencia. (…) Asumimos el compromiso de continuar trabajando por una sociedad más justa, equitativa e inclusiva”, concluyó Ramírez Lezma.
Se espera que las recomendaciones finales de la CEDAW puedan traducirse en acciones concretas para atender las exigencias de justicia, visibilidad y reparación para las mujeres afromexicanas en México.