La empresa de estudios de opinión Rubrum, una de las más acertadas del país, realizó un estudio sobre la Ley de Ciberseguridad, aprobada por el Congreso del estado de Puebla, la cual es poco conocida, pero respaldada por la mayoría de la población.
De acuerdo con Rubrum, solo el 45.6% de los poblanos ha oído hablar de la Ley de Ciberseguridad de Puebla; mientras tanto, el 54.4% no sabe los alcances reales de esta ley o no la conoce.
De los que contestaron que sí han escuchado hablar de esta ley, el 66.8% dijo saber con exactitud en qué consiste y los delitos que busca castigar, como el ciberacoso, los insultos y el contenido sexual para menores. Solo el 18.4% consideró que atenta contra la libertad de expresión, mientras que el 14.8% realmente no sabe en qué consiste la ley.
Entre las personas consultadas, el 41.5% dijo que sí ha sido víctima de algún tipo de delito, agresión o ataque a través de las redes sociales, correos electrónicos o algún otro tipo de plataforma de Internet, mientras que el 58.5% dijo que no.
El punto más importante de este estudio es que el 60.7% de las personas consultadas por Rubrum están de acuerdo con la Ley de Ciberseguridad, mientras que solo un 28.6% la rechaza porque la considera que es censura, mientras que 10.7% no sabe o no contestó.
Es decir, una mayoría está a favor de la Ley de Ciberseguridad aprobada por el Congreso local y publicada en el Periódico Oficial de Puebla.
Una interpretación de mi parte a los datos proporcionados por Rubrum es que hace falta socializar más el tema de la nueva Ley, para que la gente sepa cuáles son los verdaderos alcances de la misma.
De ahí la importancia de hacer públicas las participaciones de los diferentes sectores, dentro del debate al cual convocó la líder del Congreso local, Laura Artemisa García Chávez, con la finalidad de que quede muy claro qué es lo que se busca con esta nueva ley y qué delitos se pretende perseguir, para desterrar la idea de que se trata de una ley que busca censurar la libertad de expresión.
Morena Puebla, una estructura costosa e inservible
El próximo domingo se llevará a cabo la reunión del Consejo Estatal de Morena, la cual se espera sea presidida por el primer morenista en Puebla, el gobernador Alejandro Armenta. Uno de los puntos centrales de esta reunión, según ha trascendido, es revisar el proceso de afiliación a este instituto político, que no ha cumplido con las metas planteadas debido a diversas causas, entre ellas el nulo trabajo de la dirigencia estatal, encabezada por Olga Lucía Romero Garci-Crespo, herencia del barbosismo.
Olga Lucía ya tenía un pie fuera de la dirigencia estatal de Morena para convertirse en la nueva directora del Sistema Estatal de Carreteras de Cuota, cediendo su lugar al diputado Pavel Gaspar, cuando, desde la Ciudad de México decidieron dar marcha atrás para evitar que el gobernador tomara el control del partido. Así, Pavel Gaspar se quedó en el Congreso y Olga Lucía se mantuvo al frente de la dirigencia estatal, pero sin realizar trabajo político alguno. Ni ella ni la secretaria general, la ex presidenta municipal de Xoxtla, Guadalupe Siyancan, hacen nada; solo cobran, y vaya que cobran bien, pero sin resultados. El Comité Estatal de Morena es un ente inactivo.
Otro ejemplo de la anarquía del partido en el poder es la Secretaría de Comunicación Social de Morena, supuestamente a cargo de Isabel Peñuñuri, esposa del actual alcalde de Chignahuapan, Juan Rivera Trejo. No se sabe si ella sigue al frente de esta encomienda, si despacha en el DIF del municipio que gobierna su esposo o si desempeña ambos roles.
La estructura partidista de Morena en Puebla es inútil y costosa, ya que cuenta con prerrogativas importantes para este año: un presupuesto de 116 millones 906 mil pesos, 22 millones 542 mil pesos más que el año pasado. Sin embargo, nadie sabe en qué se utilizan esos recursos. Según la dirigencia estatal de Morena, estos fondos se centralizan y se envían al Comité Ejecutivo Nacional, que, según dicen, destina mensualmente lo correspondiente a los gastos del instituto político.
Esta es una de las principales razones por las que el proceso de afiliación a Morena no ha cumplido las metas iniciales. Han sido los liderazgos del partido y la estructura gubernamental los que han tenido que encargarse de afiliar a la gente, que en muchos casos, aunque vota por Morena, no desea afiliarse oficialmente al partido.
Como he comentado en otras ocasiones, Morena es un fenómeno político: gana elecciones sin tener una estructura propia, simplemente con el impulso de expriistas, el apoyo de los beneficiarios de programas sociales y el fanatismo de los seguidores de López Obrador.
Paradójicamente, el coordinador de organización de Morena en Puebla, César Addi, parece ser el único que busca dar resultados. Y digo paradójicamente porque Addi, antes de convertirse en el operador electoral del gobernador Armenta, trabajaba para su primo y adversario político, el hoy senador Ignacio Mier Velazco, bajo las órdenes directas de su sobrino, Moisés Mier. Apoyándose en la estructura gubernamental y en la federal –ya que en su momento fue cercano al delegado del Bienestar, Rodrigo Abdala Dartigues–, Addi es quien obtiene los mejores resultados en materia de afiliación, a diferencia de la presidenta estatal o la secretaria general, Guadalupe Siyancan, quien está más preocupada por obstaculizar a su sucesora, Guadalupe Ortiz Pérez, en el conflicto por la perforación de un pozo para abastecer de agua a la ciudad de Puebla.
Otro que se ha ganado la confianza del gobernador y del coordinador del gabinete, José Luis García Parra, es el presidente del Consejo Estatal de Morena, el diputado local Andrés Villegas, quien ha realizado un buen trabajo y ha entregado resultados positivos.
Habrá que ver si no surgen “chispas” en el Consejo Estatal de Morena de este domingo, en el que, irónicamente, predominan personas que llegaron a sus posiciones gracias al fallecido exmandatario Miguel Barbosa.
Por cierto, no existe un comité municipal de Morena en Puebla capital y, aun así, este partido gobierna la cuarta ciudad más importante de México. Reitero, este partido es un caso digno de análisis.