El Partido Acción Nacional (PAN) decidió quemar sus naves y rompió el acuerdo de civilidad que intentaban mantener con el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta. Hasta ahora, todos lo sabemos, su dirigente, Mario Riestra, había enfocado sus críticas en la capital sin atreverse a tocar al gobernador. Se habló sobre un pacto, pero bye bye al acuerdo con Armenta.
Por primera vez, los diputados votaron en contra de una reforma propuesta por Morena. Lo hicieron en específico en contra de la del ciberasedio, presentada en su momento por el diputado José Luis García Parra, hoy coordinador de gabinete, y que cuenta con la venia del gobernador Alejandro Armenta.
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No entremos al plano de los argumentos que presentó la oposición. Al final, la iniciativa salió por la mayoría de votos, de Morena y sus aliados.
Vamos al contexto político.
Primero, quiero decir que no creo que tal cual haya habido un momento en el que el PAN acordara con Armenta o alguno de sus interlocutores, pero de facto parecía haber un pacto, digamos, de civilidad.
Armenta no solo reconoció públicamente el triunfo de Mario Riestra a la dirigencia, lo recibió a él y a la secretaria general, Genoveva Huerta, en el Centro Integral de Servicios (CIS).
Cuando fuimos al recorrido a la panga, en Valsequillo, pudo haber sido muy fácil recordar que los barcos millonarios para limpiar la presa fueron iniciativa de Rodrigo Riestra cuando era secretario. No, dijo que era un tema que se iba a investigar, para ver si servían o no.
Civilidad política.
Bueno, no vamos tan lejos, apenas en la elección extraordinaria. Me van a decir que fue casualidad que el PAN se quedara con Venustiano Carranza y que la Comisión de Derechos Humanos le entregara una “carta de exoneración” al hoy alcalde Marco Valencia.
No, todo fue una concertación política, de las que han existido siempre.
A ver, yo entiendo que tarde o temprano el PAN tenía que saltar. Si no lo hacía, no habría manera de competir en la elección, pero jamás pensé que lo hicieran tan pronto.
Me parece extraño, porque sigue en la tablita el proceso contra el aún líder municipal del partido, Jesús Zaldívar. También porque la dirigencia ha intentado palomear a Manolo Herrera a la capital, hasta ha mandado el mensaje de que Lupita Leal es “peligrosa” para el estado.
¿Peligrosa? “Pues si ellos salieron a romper”, se ha escuchado hoy.
Pero, bueno, yo personalmente agradeceré, y creo que la ciudadanía en general también, que la oposición se asome. Se extrañan los tiempos en los que el PAN casi, casi se encadenaba al Congreso en oposición al PRI, que gobernaba en aquella época.
Qué bueno que Acción Nacional haya decidió por fin asumir su papel, qué malo para ellos en lo interno, porque ese papel siempre es difícil, duro. Pero, al interior, dicen que están preparados.
¡Que arda Troya!