Amatlán de Cañas es un pueblo lleno de historia y tradición, ubicado en el sureste del estado de Nayarit. Su origen se remonta a tiempos prehispánicos, cuando la región era habitada por grupos indígenas que aprovechaban la riqueza natural del lugar. El nombre “Amatlán” proviene del náhuatl y significa “lugar donde abunda el amate”, un árbol utilizado por los antiguos pobladores para fabricar papel. El término “de Cañas” se añadió más tarde, debido a los antiguos trapiches que funcionaban en la zona para procesar caña de azúcar.
Durante la época colonial, la región adquirió importancia gracias a la minería. Se descubrieron vetas de oro y plata en los alrededores, lo que atrajo a muchas personas que buscaban fortuna. Con el tiempo, se construyeron haciendas, templos y caminos, que poco a poco fueron dando forma al pueblo. Uno de los edificios más representativos es la iglesia de Jesús Nazareno, cuya construcción inició en el siglo XVIII. Esta iglesia sigue siendo uno de los principales referentes del centro histórico.
En el siglo XIX, Amatlán de Cañas vivió momentos difíciles por los conflictos sociales y políticos del país, pero sus habitantes supieron conservar sus tradiciones y seguir adelante. Hoy en día, este pueblo se distingue por su arquitectura de adobe y teja, sus calles empedradas y su fuerte sentido de comunidad.
Con el paso del tiempo, Amatlán ha sabido combinar su pasado con la vida moderna. Aunque ya no es un centro minero, sigue siendo un lugar donde la historia se respira en cada rincón. Su gente, orgullosa de sus raíces, mantiene vivas sus costumbres, convirtiendo al pueblo en un sitio especial para quienes buscan conocer una parte auténtica del México profundo.
¿Qué hacer en Amatlán de Cañas?
¡Esta es una lista de los mejores atractivos, cuéntanos tu experiencia en nuestras redes sociales!
- Balneario El Manto
- Barranca del Oro
- Basílica Lateranense
- Capilla a la Virgen de Guadalupe
- El Salto del Coronel
- Hacienda de Quesería
- Producción de cacahuate
Balneario El Manto
El Manto es un balneario natural ubicado en un cañón de poco más de 7 metros de altura en la parte donde se encuentra su cascada, aunque en algunas partes sus paredes son más altas. En 1971 se creó ahí un centro recreativo único, aprovechando la cascada que cae desde lo alto del cañón, formando una poza de una profundidad de aproximadamente 1.5 metros, y un venero de agua cristalina.
Fue construido de forma artesanal, sin maquinaria, lo que le da un ambiente completamente natural. A lo largo de sus 700 metros de longitud, hay estanques de diferentes dimensiones y profundidades disfrute de toda la familia. Su nombre proviene de la cascada que parece un manto cubriendo el lugar.
Barranca del Oro
Barranca del Oro conserva restos de una antigua hacienda minera de los siglos XVIII y XIX, como muros, nichos, una capilla y un torreón, que reflejan su época de esplendor. Este lugar, ubicado en el sur de Nayarit, es testigo del impacto de la minería tras la conquista, cuando se fundaron poblaciones importantes en la zona montañosa. Estos asentamientos se convirtieron en centros mineros conocidos como reales de minas, fundamentales para el desarrollo de la región.
¡Échale un vistazo al ejemplar de julio de la revista México Ruta Mágica!
Más atractivos de Amatlán de Cañas
Basílica Lateranense
El Templo de Jesús de Nazareno, construido en 1750, destaca por su fachada única de cantera, mampostería y grandes muros de ladrillo. Entre 1881 y 1886 se completó gran parte de la iglesia, y la construcción de su torre finalizó en 1908. Ese mismo año, su techo cambió a una bóveda de media naranja. La torre se derrumbó en 1928 y fue reconstruida en 1936. Fue consagrado en 1945 por el arzobispo José Garibi Rivera, y ese año también se inauguró la torre con su segundo reloj público.
Capilla a la Virgen de Guadalupe
El templo fue autorizado el 11 de mayo de 1864 y fue construido por los mineros de la zona. En 1908, el minero Isidro Kenton y su esposa Celia Ramos donaron un lienzo de la Virgen de Guadalupe. El edificio es de un solo nivel, con muros de adobe aplanados en color crema y una bóveda de arista. A pesar del paso del tiempo y los efectos de la Revolución, sigue siendo un lugar majestuoso y muy apreciado por la comunidad local.
El Salto del Coronel
El agua de las albercas proviene de un manantial que fluye constantemente, por lo que no recibe ningún tipo de tratamiento, manteniéndose 100% libre de contaminación. Ese lugar ofrece cabañas cómodas y un área de camping ideal para aventureros, con precios accesibles. Para los niños hay una zona de juegos especial. “El Salto del Coronel” tiene una alberca de azulejo con profundidad de 1.40 a 2.30 metros, fuera de la corriente natural. Es una experiencia única para nadar en aguas cristalinas, disfrutar del clima cálido y recibir una atención amable que invita a volver.
Para cerrar con broche de oro
Hacienda de Quesería
La Hacienda de Quesería es un edificio de un solo nivel, con muros de adobe pintados de blanco, techos de teja de barro y vigas, con estructura inclinada a un agua. Se tiene registro de su existencia desde el siglo XVIII gracias a un mapa de 1776 del curato de Amatlán de Cañas. A mediados del siglo XIX, Don Ignacio Monroy y sus hijos, originarios de Ciudad Guzmán, adquirieron la hacienda y sus tierras para cultivar caña de azúcar.
Producción de cacahuate
El cacahuate que se usa en esta región proviene de productores locales y se procesa de forma artesanal, pasando por etapas de pelado, selección, salado y secado al sol. En la pequeña fábrica de El Rosario se elaboran diversos productos derivados como mazapanes, salsas, agua de cacahuate y garapiñados, todos con un sabor delicioso. Al visitar Amatlán de Cañas, vale la pena conocer estas fábricas para probar sus famosas y variadas delicias de cacahuate.
Este es un contenido de la revista de turismo México Ruta Mágica
Si quieres conocer más de México lee su revista mensual y suscribirte a su canal de YouTube: