Transcurrió la elección de consejeros y directores de algunas unidades académicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), mismas que definieron el futuro de esta institución por los próximos cuatro años.
Varias lecturas nos deja a los analistas lo ocurrido al interior de la máxima casa de estudios en el estado, empezando por la más importante, la rectora Lilia Cedillo se llevó, de acuerdo a los resultados, al menos el 85% de los puestos del Consejo Universitario que estuvieron en juego; es decir, de las 179 posiciones, la académica y sus aliados ganaron al menos 152 posiciones y el 15% restante las ganaron grupos diferentes al suyo, sin que necesariamente signifiquen una oposición como tal.
Y es que otra de las lecturas que dejan estas elecciones es que Lilia Cedillo dejó jugar abiertamente a todos, ni ella ni sus operadores frenaron a nadie, se jugó abiertamente y los que ganaron, valga la redundancia, ganaron.
En total, como pocas veces en la historia reciente de la institución, se registraron 302 fórmulas para competir y se emitieron más de 50 mil 347 votos, una participación del 50%, lo que demuestra el alto nivel de politización de la máxima casa de estudios.
A nadie se le bloqueó y el proceso se llevó a cabo sin incidentes, aunque al final de la jornada se presentaron un total de 43 impugnaciones, las cuales fueron atendidas, lo que permitió que ayer mismo se calificara el proceso y que este día quede formalmente instalado el nuevo Consejo Universitario, el cual se encargará de la elección de la nueva rectora o rector para el periodo 2025-2029, en el que por supuesto participará y lleva mano la actual titular, Lilia Cedillo Ramírez.
A destacar el trabajo realizado por el secretario general de la máxima casa de estudios, José Manuel Alonso, quien, luego del paro de labores realizado en el pasado mes de febrero, apretó junto con su equipo las “tuercas” necesarias y corrigió lo que se tenía que corregir para recuperar el rumbo de la máxima casa de estudios y el resultado de las elecciones es un claro ejemplo de que se hizo un buen trabajo para cerrar las “grietas” originadas por la inconformidad estudiantil.
No obstante, a pesar de estos números tan favorables para la rectora, quedan muchas cosas por hacer y cicatrices que cerrar.
En las elecciones celebradas para elegir a los nuevos directores de unidades académicas se dio la continuidad, aunque no todos los ganadores pertenecen al grupo de la rectora.
En Medicina, en donde se generó originalmente el conflicto que derivó en el paro de labores del pasado mes de febrero, quien triunfó fue el doctor Celso Enrique Cortés Romero, personaje cercano a la rectora, pero que es cuestionado por algunos inconformes por carecer de experiencia. En esta escuela, una de las más grandes, se deberá de trabajar mucho para evitar que se convierta de nueva cuenta en un “foco rojo”.
En el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, mejor conocido como el “instituto Ponchito”, el ganador fue el Giuseppe Lo Brutto, quien hace tres años ganó con el impulso de la Sagrada Familia de “Los Vélez” y que ahora rompieron con el académico y perdieron. Es llamativo que en esta unidad académica votó la esposa del expresidente Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller.
En Comunicación ganó Verónica Vázquez Valdés, también cercana al grupo de la rectora, mientras que en Artes Plásticas se dio la reelección de Alejandro Ruiz, contrario a Cedillo Ramírez, y en el Instituto de Física obtuvo la victoria Felipe Pérez Rodríguez, afín a Cedillo Ramírez.
Esta es la nueva configuración de la BUAP, la cual seguirá los próximos cuatro años de la mano de la rectora Cedillo; como dijera ayer Zeus Munive Rivera, “Habemus rectora”.
El cumpleaños de Gilberto Marín
El sábado pasado se llevó a cabo la celebración del cumpleaños número 72 del empresario Gilberto Marín Quintero, un hombre al cual se le debe hacer un homenaje por ser uno de los más importantes de la entidad y siempre comprometido con su Puebla.
Al encuentro acudieron diversos personajes como el exgobernador Melquiades Morales Flores, solo por mencionar a algunos, pero entre la gente más importante estuvieron sus trabajadores, quienes llevan más de 30 años laborando en su empresa.
Marín es uno de los hombres más ricos de Puebla, pero además es el vicepresidente eterno del CCE, siendo más importante que muchos de los que han estado al frente del máximo organismo empresarial en Puebla.
Gilberto Marín le ganó la demanda a Kimberly Clark y a su dueño, los Claudio X González, por el uso de los pegotes en los pañales de plástico, cuya autoría, decían los Claudio, le pertenecía a su empresa.
Llegó a ser amigo de presidentes como Ernesto Zedillo y Vicente Fox, entre otros, y lleva más de una década asistiendo puntualmente a la cumbre económica más importante del mundo, Davos, Suiza, en donde va como invitado.
El poblano es socio de empresas belgas y además llegó a contar con plantas en Argentina, Portugal y Marruecos. De verdad, pocos, pero pocos empresarios poblanos con la trayectoria de Gilberto Marín y vaya que hacen falta más como él en Puebla.
Inestabilidad en Calpan
Otro municipio se suma a la lista de ayuntamientos con inestabilidad al arranque de esta administración, se trata de Calpan, en donde el Cabildo desconoció el día de ayer al actual presidente, de nombre Vicente Sánchez, quien ganó bajo las siglas de Morena en la pasada elección.
El Cabildo desconoció a Sánchez como presidente municipal; sin embargo, la Secretaría de Gobernación, a cargo de Samuel Aguilar Pala, se negó a reconocer los acuerdos del cuerpo edilicio y ratificó que Vicente Sánchez sigue siendo alcalde de este lugar.
¿Será que Pala aplica el principio juarista, a los amigos la ley y gracia y a los enemigos, la ley a secas?