El presidente municipal de Tehuacán, Alejandro Barroso Chávez, tiene mucho que explicarle al gobernador Alejandro Armenta Mier; a la secretaria de Turismo, Carla López-Malo Villalón, y al presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Juan José Sánchez Martínez.
Y es que Tehuacán ha pasado de ser el segundo municipio más importante en la entidad, después de Puebla capital, a una de las regiones más abandonadas, inseguras, ingobernables, intolerantes e inestables en materia económica.
Con su actual gobierno municipal, Tehuacán ha perdido prácticamente la importancia como una de las ciudades más antiguas de Mesoamérica, donde se supone se logró la domesticación del maíz.
Además, esto ha eliminado cualquier posibilidad para que Tehuacán pudiera aspirar a convertirse en un Pueblo Mágico más de Puebla, o al menos para recobrar el valor como un municipio que fue potencia económica, turística y de inversión y negocio.
¿De qué sirve que Tehuacán posea una de las “reservas naturales protegidas” más importantes del país (la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, con 490 mil 186 hectáreas), considerada Patrimonio Mundial de la Humanidad, si Alejandro Barroso la ha descuidado al grado de que ha sido depredada en su flora y fauna de manera indiscriminada?
Actualmente, la región vive sus peores momentos porque está bajo un régimen autoritario que ni oye ni escucha, al que no le interesa ni el desarrollo de su gente, de su región, ni de su economía.
Porque en la región la ley que vale es la del más fuerte, la de la imposición y el autoritarismo de su edil, quien tiene amenazados a todos y cada uno de los regidores que integran su Cabildo si se les ocurre disentir en algo.
La ingobernabilidad es el pan nuestro de cada día en Tehuacán, donde los delitos de fuero común, junto con el cobro de piso y los secuestros, han ido en aumento.
Tan solo en el primer semestre del 2025, en Tehuacán se han incrementado seis delitos, según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), tales como homicidio, lesiones, robo de vehículo, robo a transeúnte, violencia familiar y desaparición de personas.
Esto ha derivado que entre los habitantes de la región prive la percepción de inseguridad en al menos un 61.9%. Es decir, de cada 10 habitantes al menos 7 se sienten inseguros en Tehuacán.
Durante el primer bimestre de 2025, en el municipio se ha registrado un grave aumento en la incidencia delictiva, particularmente en homicidios, con un incremento del 35.7% en comparación con el año anterior.
Asimismo, se reporta un incremento general del 26% en la incidencia delictiva, con alzas significativas en homicidios dolosos (500%), robo a transportistas (350%) y desaparición de personas (300%).
Aunado a todo esto, el malogrado edil Alejandro Barroso se ha negado a escuchar y a tratar temas relacionados con el turismo y la gastronomía, rubros importantes para la economía de Tehuacán.
Y ya del lanzamiento y promoción de los tradicionales platillos de temporada como el Chile en Nogada y el Mole de Caderas mejor ni hablamos, porque esos no le interesan un carajo a su autoridad.
A ver con qué cara se planta el edil Alejandro Barroso, el nuevo Varguitas poblano, frente al gobernador Alejandro Armenta; a la secretaria de turismo, Carla López-Malo, y al representante de Canirac, Juan José Sánchez, a quienes les debe una explicación de por qué se ha hecho pato sobre la próxima temporada gastronómica en la región.
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