El arzobispo Víctor Sánchez Espinosa anunció que ante la intensa actividad del volcán Popocatépetl, la Arquidiócesis de Puebla cuenta con 17 parroquias que serán habilitadas como albergues a fin de salvaguardar la integridad de las personas.
Asimismo, informó que cuenta con un banco de alimentos que será distribuido entre los poblanos que lo necesiten.
Lo anterior lo declaró en el marco de su cumpleaños 73, en el que adelantó que la arquidiócesis habilitará 17 parroquias como albergues en San Salvador el Verde, San Martín Texmelucan, Huejotzingo, Cuautlancingo, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Cristo Rey, Izúcar de Matamoros, Puebla, entre otras regiones.
El líder de la grey católica destacó que además cuentan con un vasto banco de alimentos y de medicinas para atender a las personas que lo necesiten, por lo que exhortó a todas las parroquias a apoyar y recibir a las personas que sean evacuadas de sus comunidades.
Señaló que no es fácil para las personas de los municipios cercanos al volcán Popocatépetl abandonar sus hogares para trasladarse a un lugar que no conocen, ni en el que muchas veces están cómodos.
Y es que el Seminario Palafoxiano realizó la celebración eucarística de los 73 años del arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, por lo que sacerdotes religiosos y laicos se dieron cita para reconocer la labor del arzobispo como predicador.
En la ceremonia resaltó su trayectoria y su cercanía con todos los fieles que se han acercado a la iglesia, visitando comunidades a las que sus antecesores jamás habían acudido.
Monseñor Sánchez Espinosa indicó que su cumpleaños sólo es el pretexto para reunirse en un ambiente de solidaridad, fraternidad y felicidad.
Agregó que celebrar la eucaristía es celebrar la fuerza de todos y todas, pues reconoció que los tiempos son difíciles por la inseguridad y violencia desmedida que se vive. Invitó a la comunidad de sacerdotes a predicar con la palabra, sin temor y con mucha fe en que las cosas cambien.
Finalmente, consideró que los estudiantes del Seminario Palafoxiano se deben convertir en sacerdotes ejemplares, tanto de vida como de virtud para la sociedad y las futuras generaciones.