Después de que aquí se adelantó que ya habían pasado 7 años sin que la familia de Karla López Albert recibiera justicia, finalmente actuaron las autoridades judiciales y llamaron al feminicida Manuel Forcelledo a audiencia ejecutoria donde el Juez de Sentencias le dictó una pena de 76 años de cárcel y cerca de medio millón de pesos como reparación moral. Aún así todavía hay dos cómplices en espera de ser sentenciados por el primer caso tipificado como feminicidio ocurrido en el año 2014.
Apenas el fin de semana se abundó que Manuel estuvo por años recibiendo privilegios en el penal de San Pedro Cholula, por eso fue reubicado al Cereso de San Miguel, además de que recurriendo a artimañas legales mantuvo alargando su proceso penal, hasta que el gobernador Miguel Barbosa Huerta ordenó que se revisara a fondo el caso y se actuará con todo el peso de la ley.
Así este miércoles lo llamó el juez penal de Cholula, Enrique Romero Razo, para finalmente señalarlo como responsable de la muerte de la joven de 29 años de edad, a quien asesinó estando embarazada y precisamente para no hacerse cargo de su paternidad. El juzgador lo encontró culpable de feminicidio, aborto, y violación equiparada, por lo que deberá pasar la pena máxima que contempla la ley (Artículo 95 de Código Penal del Estado de Puebla, de 70 años) y cubrir el pago por daños morales equivalentes a 1 mil y 1 mil 200 días de salario mínimo, respectivamente.
Como era de esperarse, su defensa legal adelantó que apelará la sentencia, sin embargo, ha sido un gran avance que ya se dictó sentencia y será muy difícil algún cambio.
Cabe señalar que también se encuentran presos y aún esperando sentencia sus presuntos cómplices Rodrigo Augusto Solís Cano y Moisés Cordero Hernández, pero se espera que en breve también sean llamados por las autoridades judiciales.
EL PRIMER FEMINICIDIO TIPIFICADO
Karla López Albert desapareció el 30 de enero de 2014 y poco después su familia, amigos y conocidos emprendieron una amplia campaña de búsqueda y difusión para su pronta localización; incluyendo la denuncia en la Fiscalía General del Estado.
Desde ese momento se señaló a Manuel Forcelledo como el principal sospechoso de su desaparición, pues además de que sabían que había quedado de verse con él en Cholula, tenían el antecedente de que la estaba presionando para que abortara, ya que no quería hacerse cargo del bebé que esperaban, ella ya tenía 5 meses de gestación.
Desafortunadamente el 2 de febrero de ese año fue hallado el cuerpo de una mujer embolsada en inmediaciones de la delegación Tláhuac en lo que anteriormente era el Distrito Federal y hoy Ciudad de México.
En ese entonces no se daban casos de esa magnitud y corrió de inmediato la versión de que había posibilidades que se tratara de Karla y la propia Procuraduría General de Justicia del vecino estado llamó a los familiares que penosamente el 7 de febrero confirmaron que se trataba de ella.
Pese a los constantes interrogatorios a Manuel, negó alguna relación con la muerte de Karla; la entonces Procuraduría de Puebla logró mantenerlo en arraigo domiciliario por 40 días, tiempo en el que logró obtener las grabaciones de las conversaciones que vía celular Manuel tuvo con sus cómplices, la propia Karla; además de cintas de grabación cuando el vehículo en que trasladaron al DF a la víctima cruzó por las casetas de la autopista a México y las cuerdas con las que ataron a la víctima.
Todo durante varios cateos entre ellos en el salón de fiestas de la familia Forecelledo llamado “Katz” ubicado en la recta a Cholula donde la citó con el argumento de que ya había contratado un seguro de gastos médicos para atender el parto, situación totalmente falsa, pues él siempre le insistió que abortara y ella estaba decidida a tener el bebé y demandarlo para la manutención.
Ese mismo día la mató a golpes y con sus cómplices se la llevaron a Tláhuac para esconder las evidencias del crimen, sin embargo finalmente las autoridades ministeriales esclarecieron el caso, que se alargó por siete años pero finalmente se hizo justicia a los padres de Karla en el terrible caso que se marcó como el primer feminicidio tipificado (nombrado como tal) en territorio poblano.
Es importante recordar que Manuel es sobrino del actualmente prófugo de la justicia, Adolfo Karam Beltrán, acusado de tortura contra la periodista Lidya Cacho; y primo de Ricardo Forcelledo, quien recién logró modificar su medida cautelar de prisión preventiva en el penal de San Miguel por arraigo domicilio, para continuar enfrentando el proceso penal por violencia familiar; este junior es señalado por múltiples mujeres de ser misógino y golpeador.