Después de una balacera suscitada en Chipilo, miembros del Ejército Mexicano implementaron un fuerte operativo de seguridad para blindar la zona.
Durante el resto de la mañana se supo que el enfrentamiento se derivó de un operativo contra miembros del crimen organizado, que robaban automóviles, y del que fuera miembro, presuntamente, un policía federal.
Ante ello, miembros federales y el propio ejército acordonaron la zona y se reportó que José Luis Ramos Garza, presunto implicado en el robo de autos y agente federal, murió a causa de impactos de bala.