La competencia interna en el Partido Acción Nacional (PAN) por la dirigencia municipal de Puebla capital se ha convertido en una guerra que danza sobre la filosa navaja de la violencia política de género.
A la vez que se juega rudo en la cancha de los golpes bajos, hay descalificaciones públicas que ponen a las contrincantes en riesgo de la inhabilitación, por sus beligerantes declaraciones.
Entre mujeres, en política, se compite sin contemplaciones.
Por lo visto, también sin concesiones ni cortesías.
Es la guerra albiazul de las “Juanitas”, no porque lo digamos nosotros, sino porque ellas mismas han llevado la contienda a ese callejón.
Vayamos por partes.
Hace unos días, el tono filoso lo puso la ex diputada local Guadalupe Leal Rodríguez, quien fue derrotada en la pasada contienda interna, la que fue anulada porque debió ser una competencia solo entre mujeres.
Leal descalificó a sus posibles contrincantes en la reposición del proceso; principalmente, el dardo envenenado pareció ir sobre Gabriela Ruiz, al llamarla indirectamente “Juanita”.
Ese mote en política se refiere a las mujeres que simulan contender, pero realmente detrás está un hombre.
La descalificación, de acuerdo con especialistas que hemos consultados, está al filo de la violencia política de género y hasta podría dejar a Guadalupe Leal Rodríguez inhabilitada para la contienda.
“No queremos más ‘Juanitas’ en la contienda. Queremos mujeres que realmente representen la equidad de género, no a los intereses de un grupo político”, fue la desafortunada declaración de Leal en una conferencia de prensa a principios de mes.
La contienda pasada fue anulada por la Sala Regional Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Con ello, también se invalidó el triunfo de Manuel Herrera Rojas, quien está identificado con el grupo de Mario Riestra y el actual Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN en Puebla.
Precisamente la argumentación resolutiva estableció que la contienda, originalmente, debió ser solamente entre mujeres.
El TEPJF también ordenó la reposición del proceso por la dirigencia municipal de la capital, para reeditarse en estas condiciones de género.
La descalificación beligerante, en el riesgoso callejón de la violencia política en razón de género, trajo revires contra Guadalupe Leal.
“Cuando una mujer llama ‘Juanita’ a otra mujer, el retroceso no viene de los hombres: viene desde adentro”, dijo la ex regidora panista del Ayuntamiento de Puebla Gabriela Ruiz, uno de los perfiles cercanos al dirigente estatal del partido, Mario Riestra, y que están en la posibilidad de competir en el nuevo proceso.
“Las mujeres no somos accesorios políticos ni piezas de intercambio…
”Las mujeres no necesitamos permiso, tutelaje ni voceras que decidan quién sí es legítima y quién no. Cada panista es libre de competir, proponer y dirigir desde su propio liderazgo, sin etiquetas ni campañas de desprestigio”, escribió Ruiz en sus redes.
Hasta ahora, lo que se sabe públicamente es que la dirigencia estatal del PAN analiza como posibles candidatas a Gabriela Ruiz Benítez, exregidora, y a Conny Limón Muñoz, un perfil joven.
El tema es muy simple: Guadalupe Leal sí puede ser denunciada por violencia política de género.
Si la queja es suficientemente bien planteada, al menos se tambalearía su postulación. Así como ella tambaleó y de hecho tumbó, con una impugnación, la pasada elección.
Para echarle más fuego a la dinamita, cerró filas y endureció la declaración de Leal su compañera de planilla, la exregidora Patricia Thomé, quien dijo que cualquier mujer que participe en la planilla en donde esté Manuel Herrera –a quien le fue anulado el triunfo– “será una ‘Juanita’”.
Y es que Manuel –o Manolo– Herrera, efectivamente, se perfila para aparecer en la planilla de Gabriela Ruiz, solo que ahora como candidato a secretario general.
La guerra va filosa.
Hacia el callejón del litigio.
Vaya forma de mostrar sororidad.
¿Entre mujeres podemos despedazarnos, pero jamás nos haremos daño?




