La reciente contingencia pluvial exhibió los abusos, la impunidad y los excesos de los alcaldes que gobiernan dos de los municipios más golpeados por el desastre: Huauchinango y Xicotepec de Juárez, pues los ediles Rogelio López Angulo y Carlos Barragán Amador, respectivamente, en lugar de haber actuado como las autoridades más cercanas a la gente para afrontar la catástrofe, se acabaron convirtiendo en el centro del problema.
Rogelio López Angulo se puso a simular que su personal estaba ayudando a la población siniestrada, lo que le valió el enojo de los damnificados y un airado reclamo en público, como pocas veces, de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Carlos Barragán Amador en lugar de ayudar a la población de La Ceiba, en donde gran parte del pueblo quedó inundado, se puso a sembrar el pánico entre la gente con la noticia de que se escapó un tigre de bengala de su zoológico particular.
Este zoológico se construyó en una zona de riesgo, pues se desvió un arroyo para dotarlo de agua, lo cual llevó a que, en menos de un año, en dos ocasiones el lugar fuera arrasado por las crecidas del río San Marcos. Todo eso pasó sin que las autoridades federales y estatales actuaran en su contra por la manera en que tiene –o tenía, pues varios animales se ahogaron o escaparon– ejemplares de especies en peligro de extinción.
Hasta donde se sabe, entre Barragán Amador y López Angulo no hay ningún tipo de nexo político o de amistad. Pero los dos comparten los mismos orígenes y llegaron de manera similar al poder.
Ambos surgieron como destacados políticos del PRI y con el transcurso de los años, pasaron de ser antiobradoristas a convertirse en candidatos de Morena en 2024, lo cual le permitió a cada uno de ellos alcanzar su tercer mandato como presidentes municipales de Xicotepec de Juárez y Huauchinango.
Y esta dupla de alcaldes, de igual manera, dejó mucho malestar –entre la población– en las dos primeras ocasiones en que fueron ediles.
Lo que pone en evidencia que Morena les abrió las puertas a los expriistas Angulo y Barragán por el dinero y las estructuras que aportaban a las campañas electorales, no porque fueran políticos que representaran algún cambio o que demostraran una real afinidad con la 4T.
Ahora están expuestas las consecuencias de que estos dos alcaldes sean unos conversos a Morena, pero con todas las mañas y vicios que desarrollaron desde sus épocas como alcaldes priistas.
López Angulo: insensible y simulador
Si algo caracteriza a Rogelio López Angulo es que, con todo cinismo, está acostumbrado a que le reclamen los incumplimientos de su gobierno y quedarse callado, reírse y darse la vuelta.
Esa es la manera como ha actuado frente a la desesperación de cientos de locatarios del mercado Municipal de Huauchinango, cuyo gobierno de López Angulo los arrojó a la quiebra, a vivir dos años de miseria.
En 2023, con el apoyo del Gobierno del estado se demolió por completo el principal mercado del municipio, con el propósito de construir uno nuevo. La obra con una inversión de 100 millones de pesos se programó para ejecutarse en cinco meses. No se cumplió con el plazo. Luego se dijo que antes de concluir el anterior trienio del Ayuntamiento de Huauchinango –encabezado por López Angulo– acabaría la obra, lo cual no ocurrió.
Al iniciar un nuevo mandato, luego de reelegirse, López Angulo dijo que ahora si en cinco meses estaba listo el nuevo centro de abasto. Ya pasó un año y se dice que, ahora sí, ya concluirá el proyecto que, por cierto, es defectuoso, ya que no cuenta con áreas de estacionamiento.
Los locatarios, muchos de ellos indígenas de comunidades de la región, por la vía violenta lo mandaron a vender a una explanada lejos del centro del municipio, en donde sus ventas se desplomaron. El malestar es que ahora no todos tienen capital para lograr su reinstalación en el nuevo mercado.
El ejemplo del mercado marca la forma de actuar de Rogelio López Angulo, que siempre simula que se preocupa por los problemas de la gente pero en realidad nunca da soluciones. Él ya fue alcalde por el PRI, luego por Nueva Alianza y ahora lo es por Morena. Es de dominio público que en su actual gestión camina sin rumbo, sin metas, sin que nada le preocupe.
Dicho comportamiento se exhibió este domingo. La presidenta Claudia Sheinbaum luego de recorrer la zona siniestrada de Huauchinango por la contingencia pluvial, se detuvo a dialogar con un grupo de mujeres, quienes reclamaban que en la colonia Chapultepec no había ningún tipo de ayuda para los damnificados, algunos atrapados en medio del lado.
López Angulo quiso atajar las quejas de la gente diciendo: “ya se está trabajando allá”.
Queda claro que la primera incrédula a las palabras del edil fue la presidenta Sheinbaum que, sin ocultar la dureza de sus palabras, le reclamó en público: “usted me dice que sí trabaja, pero la gente me dice que no, y la verdad prefiero creerle a la gente”,
El zoológico de Barragán: un caos
Carlos Barragán Amador ya dos veces fue alcalde priista de Xicotepec de Juárez y ahora logró un nuevo mandato bajo las siglas de Morena, sin importar que antes grababa videos en donde decía que Andrés Manuel López Obrador era “un mentiroso compulsivo”.
Hace casi tres años, cuando todavía era un furibundo priista, decidió construir un zoológico y un centro de renta de cabañas en un rancho de su propiedad, ubicado entre Xicotepec de Juárez y Jalpan, muy cerca de las comunidades de La Ceiba y Apapantilla, así como de las cascadas Tres Caídas.
Uno de los atractivos del lugar, llamado Granja Animalia, son sus albercas. El problema es que el lugar no tenía un centro de abasto de agua para llenar las piscinas. Por esa razón, con cinismo e impunidad, se decidió desviar el caudal de un arroyo del río San Marcos, para que el negocio de Barragán tuviera el líquido gratis.
Eso provocó que, en julio de 2024, hubiera una fuerte crecida del río San Marcos y se inundara el zoológico, con graves daños por los animales.
Ahora, entre el jueves y el viernes, pasó lo inevitable: creció el río, inundó Granja Animalia y se llevó a muchos de los animales, entre ellos un tigre de Bengala, que al final apareció muerto en medio de unas raíces. Esto luego de que Barragán sembró el pánico entre la población al dar a conocer que el felino había escapado.
Le preocupaba más su tigre que atender a la población damnificada por la emergencia climática.
Lo más grave es que en el mundo solo quedan 2 mil tigres de Bengala en estado silvestre, lo que pone en riesgo de extinción su especie, que se ha visto reducida al mínimo por la caza furtiva y la pérdida de su hábitat. Es un crimen que ahora se pierda otro animal de este tipo por la excentricidad y la negligencia del alcalde de Xicotepec de Juárez.
Ahí en ese zoológico de Barragán hay cocodrilos, hipopótamos, avestruces, cebras, llamas, venados, dromedarios, venados, búfalos, jirafas y burros.
Queda claro que las autoridades medioambientales del estado de Puebla y del ámbito federal nunca revisaron la Granja Animalia, pues si lo hubieran hecho, el tigre y otros animales no habrían sido arrastrados por el río.
Lo peor: Barragán se muestra consternado como si fuera un damnificado más por las lluvias. Y las autoridades que supuestamente cuidan el medio ambiente le permiten sus caprichos al margen de la ley.